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ENTREVISTAS

Jorge Ortiz de Pinedo.

Jorge Ortiz de Pinedo festeja 50 años de trayectoria artística.
Actor, productor, director y un gran visionario de la alta comedia, del buen teatro y del excelente espectáculo es Jorge Ortiz de Pinedo, quien este año está cumpliendo 50 años de gran trabajo dentro del medio artístico. Platicamos con él.

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¿Cómo se define Jorge Ortiz de Pinedo en este momento?

 

Me gusta mucho trabajar, lo hago siempre con gran cariño, respeto, gran pasión y todo dedicado al público, porque todos los seres humanos que estamos en esta planeta que nos dedicamos al teatro, a la televisión, al cine, al canto, al baile, a la música, al radio, estamos aquí cumpliendo una misión que es la de entretener a nuestros congéneres, esos maravillosos seres humanos que nos rodean y que se la pasan trabajando toda la vida y que de repente tienen un momento de descanso y deciden ir a ver una buena obra de teatro, una buena película, se sientan a ver un programa de televisión, van al ballet, a un concierto, como un momento de relajación y la verdad es que yo me siento muy honrado y muy agradecido de que la gente me haya permitido trabajar a lo largo de 50 años que tengo de carrera, comencé muy pequeño y espero poder hacerlo hasta que Dios me de licencia.

¿A qué saben 50 años en el ambiente artístico? ¿Qué tan lejanos ves esos 50 años ahora que valúas todo lo que has logrado no solo como actor, sino también como productor, director? Hay comediantes que te dicen «Papi» Ortiz de Pinedo.

 

Parece que fue ayer. Yo he tenido mucha suerte en estos 50 años. Parece que fue ayer que empecé a trabajar, cuando me paré por primera vez en un escenario a decir «aquí están las velas» hasta estos momentos, en que terminé hace poco de dar vida a Hidalgo en la obra de teatro, ahora estoy haciendo a Cristóbal Lagos en la telenovela y que puedo hacer «Una familia de 10» y que puedo hacer tantas cosas y cuando tuve un éxito muy fuerte con «Doctor Cándido Pérez» y cuando estaba ese programa, hablando con el dueño de Televisa, don Emilio Azcárraga Milmo, que en paz descanse, le comenté que sería bueno que hubiera un programa donde pudiéramos a dar a conocer nuevos comediantes pues no había muchos espacios para eso. Había una barra de comedia diaria donde se pasaban grandes programas como «El chavo del 8», «Anabel», «Doctor Cándido Pérez», «Qué nos pasa», pero no había realmente un espacio para los comediantes. Él me dijo: -Pero no hay muchos. A lo que yo le respondí: -Claro que hay muchos. Están en los bares, los centros nocturnos, los teatro-bar, los cabaretes, los teatros de revista y tienen muchas ganas pero no hay espacio en la televisión. Hay un programa para los cantantes que es «Siempre en Domingo» y que dura muchas horas, donde los cantantes, los músicos, pueden presentar lo que están haciendo, pero para comediantes no tenemos espacio. Él muy amablemente me dio el espacio y comencé a invitar a los comediantes de toda la república y a Dios gracias, el programa de «Los comediantes» duró dos años y medio la primera emisión, la segunda duró dos años, después hicimos «Al ritmo de la risa», después «Al ritmo de la noche», «El festival del humor», «Fábrica de risas» y así hemos ido abriendo espacios televisivos para los comediantes, para las personas que tienen facilidad para alegrar a través de su humor, de sus chistes, de sus sketches, de su magia, ventriluoquía, imitación, entretengan al público y ha sido un resultado maravilloso, donde a través de haber juntado en todos esos programas a unos 250 cómicos en la televisión, pienso que unos 50 ó 60 se han mantenido, han permanecido, están ahí, son figuras y algunos de ellos ya tienen su propio programa de televisión o son grandes actores de teatro y espero contar dentro de poco con otro espacio parecido para seguir presentando comediantes ya con trayectoria y nuevos comediantes.

¿Estás de acuerdo con los programas de comedia y de chistes que se están dando en la televisión por cable, cuando tú has sido un defensor incansable de la comedia fina, del chiste fino?

 

Todos los géneros son válidos. Hay géneros más importantes como la alta comedia, el vodevil, el teatro de revista, el sketch, etcétera y ahora se ha puesto de moda amparados de que es por televisión de cable, es decir, de paga, en hacer algo que la misma ley prohíbe. Las leyes de gobernación marcan de alguna manera ciertas reglas para la gente que hacemos televisión o radio. Ha venido la moda de decir que como es por cable pueden hacer lo que quieran sin que haya nadie que les diga que no y de alguna manera hay gente que consume ese producto que es contar chistes con todas las peladeces implícitas y se puede contar ese mismo chiste realmente sin una sola peladez; al fin y al cabo, lo que hay que tener es gracia. Hay quien le gusta y a quienes no les gusta. Hay gente que le gusta ir a un centro nocturno a escuchar a un cómico que le mienten la mamá y hay quienes prefieren ver un espectáculo de alta comedia. Realmente el gusto se rompe en géneros y se ha desvirtuado bastante de alguna manera cuál es la misión de artista a final de cuentas en cualquiera de sus expresiones, sea pintor, actor, bailarín, músico, escultor, cantante, etcétera, que es la de transmitir ciertas emociones a la gente y provoquen una catarsis, una confusión o algo que los haga pensar, sentir, vivir mejor. Cuando yo hago una obra de teatro donde habla de una persona que es mentirosa, a final de cuentas tiene una consecuencia esa persona y en lugar de ser el burlador es el burlado y lleva cierta moraleja. Esa comedia que tú me comentas, que es la de contar chistes con tantísima peladez, con pura grosería, no es muy de los mexicanos. Siempre la picardía ha caracterizado al mexicano, pero debemos tomar en cuenta que siempre también hay un respeto cuando tú entras a una casa, a una fiesta a un lugar.

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En la gracia que está de moda de contar chistes con groserías, con todas las letras, con todas las palabras incluso ofensivas, no solo en la televisión, sino hasta en los locutores de radio que se la pasan albureando a las damas, haciendo llamadas grotescas, yo no estoy de acuerdo. Es mi punto de vista, porque tú me lo preguntaste, Mino, pero se ve que hay mucha gente que está de acuerdo, porque tienen audiencia, los siguen, hacen en espectáculos en vivo y la gente los va a ver. Hay una desinformación o desorientación y muchas veces los críticos artísticos no han manifestado cuál es el verdadero sentir del arte, de la comedia, del drama y han avalado a mucha gente que habla sin hablar, que dice sin decir, que canta sin cantar, que baila sin bailar, etcétera y han desinformado a la opinión pública y esa opinión pública muchas veces está conformada por públicos muy jóvenes que al no ser orientados, creen que un muchacho que mueve la pelvis aunque no cante bien, tiene que ser un ídolo en la música y de alguna manera también sucede en la comedia. Hay gente que piensa que decir chistes solo es a base de groserías. Pero no nos limitemos solamente en la televisión. En los teléfonos móviles ahora ya se puede hablar a varios lugares para que te cuenten chistes groseros. Ahora es terriblemente patético que también ya te puedes meter en Internet a cualquier cantidad de páginas en el mundo entero donde tienen chistes, procacidades, cosas obscenas, ofensas, falta de valores, o sea, que es muy sencillo hacer reír con eso, pero hay otros tópicos, otros actores que no lo hacen así y siempre habrá un público para todos. En esta vida hay muchas oportunidades para mucha gente y muchos han optado por eso por sus limitaciones propias. Es igual que el que baila y el que se sube en un tubo y dice que está bailando. Es lamentable.

¿Qué te falta por hacer? ¿Con qué sueñas en este momento?

 

Todo… todo, Mino. Parece que fue ayer cuando comenzó esta aventura teatral y que por consecuencia lógica después pasó al teatro, al cine, a los centros nocturnos, etcétera. Yo sigo trabajando y luchando como si estuviera empezando. Ahora mis hijos y yo tenemos muchos planes. Tenemos una productora que se llama «Ortiz de Pinedo Producciones» y queremos montar muchas obras de teatro. Me gusta mucho el teatro en todos los géneros. Es de donde salí y es donde quiero terminar, a fin de cuentas. Quiero meter todo mi empuje en hacer teatro. Voy a montar «Misery» de Stephen King, con Damián Alcazar e Itatí Cantoral en el Foro Cultural Chapultepec, aquí en México; esto será para finales de octubre. En los últimos días de enero o principios de febrero, pensamos estrenar una comedia muy divertida que son «Las Obras Completas de William Shakespeare Abreviadas», que ya fue un éxito hace 10 años. En marzo estrenaremos en el Teatro Helénico la obra «Panorama desde el puente» de Arthur Miller. Con esto te quiero decir que yo sigo trabajando. En televisión estoy haciendo a Cristóbal Lagos en la telenovela «Dos hogares».

¿Qué representa este personaje para ti?

 

Es un personajazo. Generalmente en las telenovelas, los villanos son personajes que tratan de quitarle la novia al otro, que tratan de quitarle la hacienda a la muchacha… esos son como los villanos clásicos de telenovela. Mi personaje es un villano verdadero, un villano que existe en la vida real. Cuántas veces no sabemos de personas que tienen novia, esposa y amante; personas que tienen dos hogares auténticamente, que están casados por un lado y por el otro. Conocemos personajes que se van transformando en pillos, tranzas, van robando, van haciendo una vida delictiva y que andan como cualquiera por la calle. Es un personaje tan realista, verdaderamente repudiado de entrada porque la gente no lo confronta tan fácilmente. Después el público entiende que es un personaje que está metido en un lío de mentiras espantoso y esa red de cinismos y mentiras lo va llevando a la desesperación y a la angustia de poder seguir manteniendo esa mentira de vida que lleva y como en todas las telenovelas, tendrá que pasar por todas las maldades que está haciendo. Es un gran personaje y por eso acepte hacerlo porque es el eje de la telenovela. Está entrelazado en la vida de todos los personajes. Es un personaje fantástico, muy difícil de interpretar. Espero que la gente entienda que yo no soy el personaje. Soy un actor que le está dando vida a Cristóbal Lagos y si el personaje es tan odiado es porque seguramente estoy haciendo bien mi trabajo. Que la gente comprenda el trabajo actoral y que les guste; es lo que más me importa. Cuando hice «La Escuelita» en televisión, hacia teatro de revista para la televisión. Cuando hice «Cándido Pérez» o «Una Familia de 10», hacía comedia teatral televisada, cuando hice «Al ritmo de la noche» hacía conducción en la televisión. Ahora regreso a las telenovelas. He hecho 30 telenovelas en mi vida y he obtenido gran reconocimiento de la crítica especializada y hay gran admiración de mucha gente porque me está viendo hacer cosas que no me habían visto hacer.

jorgeortiz¿Cuándo volveremos a disfrutar tu trabajo dentro de la comedia en la televisión?

 

El año que entra deseo regresar a hacer comedia en la televisión. Me encantaría que regresara «Una familia de 10», porque es un programa muy divertido, familiar, muy bien estructurado basado en una obra de teatro española llamada «El casado casa quiere» de Alfonso Paso y si no se puede con esa, me están pidiendo otro proyecto para la barra cómica que regresa, después de que en 4 años Televisa no ha tenido barra de comedia.

 

Representaste de una manera extraordinaria la puesta en escena «El juicio de Hidalgo». Una gran actuación dando vida a don Migue Hidalgo, donde demuestras que eres un primerísimo actor. ¿Qué tiene Jorge Ortiz de Pinedo que tenía don Miguel Hidalgo y Costilla y que tú lo conoces muy bien precisamente por haberle dado vida en el teatro?

 

Cabello… (ríe). Él no tenía; yo si tengo y mucho. El trabajo de caracterizarlo desde lo físico fue muy interesante. Fue arduo en buscar la manera de parecer a Hidalgo en el escenario y lo más difícil era caracterizar a Hidalgo no por fuera, sino por dentro. Pienso que Hidalgo tuvo que ser un hombre líder, con mucha fuerza, con mucha vitalidad, con mucho empuje, con sus ideas propias de la época, con una idea cambiante a través de su vida de ser un hombre de clase acomodada de alguna manera. Estudió en Universidad, llegó a ser director del Colegio de San Nicolás, en Valladolid, ahora Morelia. Un hombre culto que hablaba varios idiomas, que le gustaba el teatro, que le gustaba el arte, pues también tenía sus pecadillos como todo ser humano.

Por todo lo que he leído, hasta se metió al Seminario a estudiar porque era una de las maneras de poder aprender. No solo era por vocación, porque para poder estudiar en esa época, las universidades eran controladas por sacerdotes y obviamente también tuvo una vocación eclesiástica y después de haberse hecho sacerdote, también descubre una faceta naturalmente humana que es la atracción por el sexo opuesto y es un hombre tan controvertido que seguimos hablando de él después de 200 años de su muerte y seguimos averiguando qué es lo que lo hizo cambiar, qué es lo que lo hizo ser, tener mujeres, hijos, etcétera, pero también fue un patriota que luchó por los indígenas, por lo que él quería, por la libertad de América y era un hombre valiente, desde luego.

Es más, o elegimos como el Padre de la Patria, entre tantos héroes que hubo. El es el iniciador de todo y es un personaje apasionante que me dio mucho gusto representar, un personaje histórico. Quizás el más importante dentro de la historia nacional porque es el iniciador de nuestra Independencia.

jorge-ortiz-de-pinedo-620x345¿Qué lugar debe ocupar el arte y la comedia ante la situación que vive nuestro país, que vive el mundo entero?

Debemos hacer que la gente tome conciencia. Hace muchos años que no escuchamos a un presidente hablar de arte, hablar de cultura. Hay muchos gobernadores que tampoco lo hacen. Pocos estados tienen conformado un sistema de arte y cultura que esté generando trabajo y oportunidades para sus artistas, sean del género que sean. No todos están en esa tesitura. Tenemos un ejemplo gigantesco que es Colombia: llegó un momento donde estaban en un problema grave de drogas, terrorismo, asesinatos, etcétera y lo contrarrestaron de una manera extraordinaria conformando un sistema de cultura entre los gobernantes y la sociedad. Los parques fueron rescatados, iluminados. Los teatros fueron reabiertos, reconstruidos, al igual que los museos. Construyeron más teatros, videotecas.

Organizaron festivales de teatro, de música, de baile y como que retomaron nuevamente el tono que debe tener un país, una sociedad para contrarrestar esa violencia, esa falta de conciencia que existe no solamente de parte de los delincuentes, que conocemos todos las barbaridades que hacen. Sino también la clase política que debe tomar en cuenta esto, que no se puede estar nomás invirtiendo en comprar armas para pelear. Un arma muy importante contra la violencia es el arte; el arte puede funcionar muy bien ayudando a mucho joven desorientado a tener mucho más conciencia, mucha sensibilidad, a preocuparse de cosas muy diferentes a cómo voy a sobrevivir. Hay mucha gente que se refugia dentro del arte y que puede sobrevivir de una mejor manera. Ojalá en la televisión, en el teatro, en el cine, en el radio, se promueva mucho más.

Qué más quisiéramos. En el Internet, en todas estas redes sociales que de repente son completamente chabacanas, que no tienen un sustento, una base ética y profesional para poder hacer música, comedia, teatro, danza, baile, en un tono alto que ayude al mismo país. La cultura es valida para poder nivelar la balanza de la violencia, de la agresión, de la inconsistencia mental de muchos seres humanos que están en este país, en este mundo, viviendo sin ton ni son y todos sabemos también que hay muchos políticos que están más preocupados por su persona que tener vocación de servicio para servir a la sociedad. A final de cuentas debería ser el punto medular del político. El político debe estar procurando el bienestar social, el bienestar de la comunidad. Vienen elecciones. La gente debe cobrar conciencia de que el voto es una de las armas más fuertes que puede tener el ciudadano para aprobar o desaprobar a los buenos, a los malos funcionarios, a los buenos y malos partidos, a los buenos gobernantes o no.

Reclamar a esa gente y la sociedad es la que debe organizarse también. No podemos dejar de lado que somos como sociedad también un poquito flojos y que no le estamos exigiendo a la gente que debe dictar las leyes, ejercer la justicia, lo que debe de hacer que es cumplir con su deber, como muchos ciudadanos cumplimos tratando de trabajar honestamente, de tener nuestro negocio bien, con buenas finanzas, de ser educados, de ser cumplidos con las leyes, tener una moral, tener una visión crítica de lo que está pasando y mucha gente no le exigimos a los que están al mando, a los que pusimos ahí para que nos gobernaran para que de alguna forma nos hagan caso a nosotros, no nosotros a ellos. Se acabó la época de los reyes, ya no son reyes. Lo que dicen ellos no es nada más ley por ley. Hay que exigirles que promulguen buenas leyes, que cumplan con su obligación, con su deber y nosotros como ciudadanos tenemos también que unirnos para contrarrestar esta violencia, estas masacres tan estúpidas, absurdas, esta corrupción tan grande que nos aqueja, que nos tiene muy lastimados y que desgraciadamente provoca un desazón espantoso en el espíritu del mexicano. El mexicano en sí está triste; hay que reconocer que estos campesinos mexicanos que hicieron una revolución siguen en las mismas, siguen en las mismas, tristes. Hablando de Hidalgo, precisamente, hace 200 años hubo una lucha independiente también por tratar de respetar los derechos de todos los seres humanos, que todos fuéramos iguales, que no había esclavitud, fuéramos ricos, pobres, morenos, blancos, católicos o no y desgraciadamente pasan 200 años y volteamos a ver y seguimos casi igual.