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EDITORIAL

TAP – El arte de bailar haciendo música con los pies.

Quienes han tenido la fortuna de caminar felices y enamorados bajo la lluvia, seguramente se les…

TAP - El arte de bailar haciendo música con los pies.
Gene Kelly en Singnig in the Rain o Cantando bajo la lluvia.

Quienes han tenido la fortuna de caminar felices y enamorados bajo la lluvia, seguramente se les ha pasado por la cabeza la idea de tomar el paraguas, moverlo sutilmente de lado a lado y apoyarse en él para empezar a bailar moviendo intrépidamente los pies a lo Gene Kelly. Habrá quienes han tenido el impulso de saltar felizmente de andén en andén como lo hizo aquel bailarín en el famoso musical de los años 50, Singing in the Rain; una de las películas más representativas del Tap dance o Claqué.

Imaginarlo es muy fácil, lo difícil está en hacerlo como lo solía hacer este gran bailarín estadounidense a quien incluso le ha rendido tributo al ágil y armonioso movimiento de sus pies el cantante de R&b, Usher. Sino que lo diga Lisa Simpson, quien fascinada por el movimiento sonoro de los pies e impulsada por bailar tap, abandona por un capítulo su eterna faceta de la niña buena y honesta y rendida ante la dificulta de la técnica termina utilizando unos zapatos automáticos de tap que hacen creer a los habitantes de Springfield que ella es la mejor bailarina.

Ya sea en películas, series animadas o videoclips, lo cierto es que el tap es uno de los estilos de baile americanos mayormente referenciados dentro del ámbito audiovisual estadounidense y se disfruta especialmente porque nos hace recordar grandes estrellas de cine que se hicieron famosas cantando y bailando.

Además, es uno de los mejores ejemplos de la unión danza-música ya que el movimiento corporal del artista, en especial el de sus pies, es uno de los elementos musicales más importantes para este estilo de baile donde los zapatos, más que calzado, son además un instrumento dentro de la orquesta. Se trata concretamente de un elemento de percusión pues quien baila tap crea por medio del movimiento de su cuerpo, y gracias a las pequeñas tapas de metal ubicadas en las puntas y talones de sus zapatos, una melodía rítmica al golpear sus pies en el suelo. Precisamente, el nombre de este baile se debe al sonido que producen dichas placas al tocar el piso.

La danza tap nació concretamente en los vecindarios urbanos de la New York del siglo XIX donde la mezcla cultural era el pan de cada día. Para la muestra un botón: el tap es el resultado de la fusión de bailes de zuecos de Irlanda, Inglaterra y Escocia, mezclado con algunos bailes practicados por los afroamericanos.

Aunque, quizás la más influyente de todas era la irlandesa, es gracias a la influencia afroamericana a quienes se debe la producción de percusión por medio de pies y manos pues, tiempo atrás, fue el único medio al que pudieron recurrir los esclavos negros cuando se les prohibió utilizar instrumentos de percusión.

Antes de llegar a los grandes escenarios de Broadway y Hollywood, el tap se consolidó primero como un baile de calle donde bailarines e inmigrantes de diferentes grupos competían improvisadamente demostrando sus mejores cualidades y movimientos.

En ese tiempo, el tap era llamado Jazz Dance ya que la música predilecta para bailar era aquella que tocaban las mejores bandas de Jazz negro. Se trataba pues de un deleite de improvisación tanto musical como corporal.

Años más tarde, el sonido rítmico de los zapatos pasó del asfalto, a las tablas de los grandes teatro de Vaudeville y Broadway y finalmente, durante las décadas de los 30 a los 50, el retumbe del tap llegó a la televisión y al cine norteamericano triunfando en películas de gran recordación como Singing in the rain con Gene Kelly, Top hat con con Ginger Rogers y el versátil Fred Astaire. Con el éxito de estos artistas, se popularizó el tap en la industria hollywoodense con otros artistas como Ray Bolger, Eleanor Powell, Paul Draper, y los hermanos Nicholas.

Un baile, muchos estilos

Bailar tap implica el desarrollo de la coordinación rítmica de los pies, pero no significa que todos los bailarines sigan una misma técnica pues desde su mismos inicios, la improvisación ha sido y continúa siendo una constante al momento de bailar tap. Esta permisión ha avivado la naturalidad de los movimientos sin la necesidad de que los bailarines estén 100% concentrados en el tempo, permitiendo así la mezcla de técnicas. Hay una gran variedad de estilos y de técnicas en el tap que bailan diversos bailarines y es por eso, que existen diversas maneras de dar nombre a sus pasos y diversas maneras de enseñar.
Por ejemplo, se llama Hoofers a quienes utilizan únicamente sus pies produciendo un sonido más ruidoso que el que hacían grandes estrellas como Fred Astaire, el mismo de la legendaria película Shall We Dance, quien asombró por su impresionante control técnico y sentido del ritmo golpeando ligeramente los pies dentro del salón de baile. Los hoofers eran practicantes de tap generalmente de ciudades y áreas menos exclusivas que Broadway y la mayoría de ellos eran bailarines negros como Jr. de Sammy Davis, Savion Glover, y Gregory Hines. Por su parte, el gran Gene Kelly, creo su estilo personal incorporando a los movimientos básicos del tap técnicas que practicó durante su extenso entrenamiento en ballet clásico.

Dependiendo también del grado de improvisación, hay diferencia entre lo que se conoce como «Rhythm tap» o «Jazz tap» y el académico. El primero es un tap de calle paracticado por los hoofers donde siempre hay una espacio para la experimentación e improvisación por parte de los bailarines mientras que el segundo se refiere a un tap más clásico y académico como el estilo que se estudia en la Royal Academy de Londres y en las escuelas de baile.

Aunque en sus inicios, la música predilecta para practicar tap era el Jazz, hoy en día la improvisación permite que se haga con cualquier música con percusión donde el bailarín pueda identificar unos golpes básicos que pueda seguir, o en caso de la ausencia de música también puede bailar a capella pues «el tap requiere conocimientos profundizados de la música además de las técnicas de los pasos, y es a precisamente este punto el que hace que este baile sea seguramente unos los más difíciles» según explica Guillem Alonso creador y director de la compañía española Barcelona Rythm and Tap
Pero más que concentrase en la dificultad, para los bailarines de tap se trata de disfrutar del baile tanto en los espectáculos como en las fiestas «Jams» donde se reúnen aficionados, amateurs y profesionales para practicar libremente mientras se divierten y sin tropezar, hacen música con los pies.