Pues bien, recuerdo que desde el día que me hizo este ofrecimiento he padecido de diarrea, dolor de estomago, nauseas, ansiedad. He terminado cajetillas de cigarrillos en cuestión de una hora y no he terminado ni una sola frase coherente. Juancho (mi laptop) me mira con otros ojos, por mi evidente cobardía pues siempre se queda esperando que tenga los huevos suficientes para terminar (o al menos empezar) esta editorial.
Resulta paradójico sufrir este tipo de fobias para escribir, teniendo en cuenta que lo hago desde hace cinco años en mi blog, para un par de páginas de internet y siendo columnista permanente de una revista de rotación en el Oriente colombiano y Venezuela. Pero es tan difícil hablar de uno mismo sin sonar ególatra y narcisista. Porque es tal y como cuando tienes una primera cita con alguien y el personaje se empeña con alma vida y sombrero a deslumbrarte con sus logros que uno queda careado de tanto triunfo, se le hace más divertido un funeral que prefiere no repetir la experiencia ni en broma. Y ese no es el objetivo de la pagina no?
Pues bien, omitiré muchos de los perfiles que he estado ojeando por ahí, como para no caer en la repetición y ahí si ustedes ni les interese llegar al punto final de este texto (Si es que llego), o se entretengan con las fotos sin pararme bolas a las cosas que tengo que decir.
Soy Mateo Ramírez. Nací en Pamplona, una pequeña ciudad Norte Santandereana pero crecí en Cúcuta. Si, pegadito a Venezuela y por ende una de las ciudades Colombianas más afectadas por los días álgidos del demente de Chávez. Pero aunque usted esté pensando que es un hervidero, un tierrero o un infierno. Yo les aseguro que no la han visitado, que no han disfrutado de sus noches y del fresquito que se siente decir que se fue a tomarse unos tragos, a mercar o solo de paseo a otro país.
Desde pequeño sufrí lo que llaman, el complejo «Ugly Ducky». Nunca fui el más popular, ni el más atractivo y jamás en se me permitió en las obras de teatro ser el príncipe, caballero o al menos el malo. Mis enormes lentes culo de botella, mi piel extremadamente pálida y mi estatura me hacían el acreedor de papeles de amigo del protagonista, el sol que no hablaba o de doc., el enano brillante en Blanca Nieves. Situación que muy en el fondo me frustraba porque siempre quise estar delante de la pantalla, pero la genética ni la estética me daba para más.
Cuando termine mi secundaria, explotando mis cualidades intelectuales más que las físicas, decidí estudiar Ingeniería de Sistemas, donde muy entregado a la causa me dedique a las materias electivas, como radio, televisión, cine, fotografía y olvidé eso de la programación, calculo o física (que la odio).
Fue así como se presento la oportunidad de trabajar en varias emisoras de la ciudad como Radio Tiempo y los 40 principales y por un golpe de suerte termine enredado en un programa juvenil llamado Cúcuta Se Ve, donde hacía de reportero, cámara y hasta utilero. Nadie dijo que en la vida es fácil, y eso si me quedo claro. Fue ahí donde deje los sistemas y me dedique a estudiar Comunicación social en la Universidad de Pamplona.
Tal vez para muchos en este país, estudiar humanidades no es que sea la panacea y menos si la estudia fuera de Bogotá, la plaza fuerte y rentable para los comunicadores. Pero desde que puse mis converse en el aula de clase, decidí que si en la vida me toca comer mierda, me la comería con todo gusto porque hago lo que me encanta.
Al tiempo que mi apariencia física, mis conocimientos a cerca de los medios y mi percepción de la vida evolucionaban decidí entrar en un mundo donde los caciques son hasta radiólogos y son lo máximo en una de las plazas laborales más competitivas. Tres años después terminé conduciendo dos programas al tiempo, era reportero y dirigía mi propio programa, todo gracias a ser cual soy, sin rimbombancias, engolamientos, poses o tramoyos.
La verdad ahora que veo todo desde acá estoy seguro que si le vendemos mi culebrón de historia a alguna productora me hacen una novela, o porque no una película… si le paso a Marbelle, Porque a mí no? Si ni siquiera me he operado!!. Continuo.
Edoardo Maldonado, director de Imagen Modelos, la agencia más importante de la ciudad, me incluyó dentro de su staff de modelos y presentadores. No se imaginan el caos que es enseñarle a posar, hablar, comer y hasta vestirse a un hombre que consideraba que su mayor atributo físico eran los meñiques.
Empecé presentando eventos como Señorita Norte de Santander, Niña Norte y termine realizando un casting para una convocatoria que hizo el canal TRO, buscando talentos para la presentación en Norte de Santander donde como dirían nuestras abuelitas «Gloria a Dios» le dio un vuelco a mi vida
Hoy vivo en Bucaramanga y soy el presentador de la franja juvenil del canal TRO. Presento DJTV, un programa juvenil que va de 3 a 5 de la tarde y es trasmitido a nivel internacional por RCI. No se imaginan lo orgullosa que está mi Patico por todo esto.
Y es que cuando yo era adolecente me sentaba a ver a todos estos manes que están en esta misma página donde estoy escribiendo y hoy tengo el gusto de entrevistarlos, compartir, conocerlos es una situación que jamás pensé vivir. Llevo cinco años vinculado al medio y he tenido el honor de trabajar para CANAL CAPITAL en la trasmisión de Rock al Parque, he sido actor para algunos cortos para cine y cada día espero que la vida me sorprenda.
Este soy yo. El resultado de muchos errores pero afortunadamente de importantes aciertos. Que estoy seguro no fueran como son hoy, si hubiera sido el príncipe de mis tiempos de teatro. Posiblemente mi ego los hubiera asfixiado y no hubieran llegado hasta este punto de la editorial.
Amo escribir, la vida, a mi familia, a mis amigos mis ex que me han sabido sacar espuela y siéndoles honestos lo amaría eternamente a usted tiene algo que ayudara a hacer más grande mi historia.
Si quieres leer algo más entretenido te invito a que entres a www.mateoescribe.tk (soné mucho a presentadora de concursos de media noche en canales nacionales?) Gracias por la oportunidad que me dieron de presentarme y… Gabo, por fin termine mi editorial! (Punto final).