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Farándula y famosos en América Latina

EDITORIAL

Maria Felix :La Diva de México

Actitud belleza y grandes interpretaciones le hizo merecedora del titulo LA DOÑA

Maria Felix :La Diva de México

Conocida como una de las actrices más internacionales de su país, por sus grandes interpretaciones y belleza tanto en la pequeña como en la gran pantalla del cine, siendo reconocida por muchos críticos, que el cine mexicano, jamás hubiese sido el mismo sin ella.

María de los Ángeles Félix Güereña nació el 8 de abril de 1914 en Álamos, Sonora, México, hija de Bernardo Félix y Josefina Güereña. Compartió su infancia junto a once hermanos, pero uno de ellos en particular era muy espacial para ella, «Pablo». Con quien pasaba gran parte de su tiempo, hasta el punto en que su madre los separó por miedo a que se envolvieran en una relación incestuosa, recluyendo al chico en una escuela militar, donde muere poco tiempo después por un presunto suicidio derivado del hecho.

Pasaron los años y su belleza se hacía cada vez más notable, tanto que a los 13 años hacía voltear la cabeza de sus compañeros del colegio, y hasta de hombres con más edad que ella. Fue coronada como reina de belleza de estudiantil en su universidad y desfilo por las calles de Cartagena montada en una carroza como toda una reina.

Años después viaja a Ciudad de México, donde en un encuentro casual con el ingeniero Fernando Palacios relacionado con el cine, pasó a ser parte de la profesión cinematográfica con un estelar en «El Peñón de las Ánimas» en 1942, al lado de Jorge Negrete, de Miguel Zacarías, momento en el que su fama creció sin parar, tanto que en producciones posteriores le otorgaron la categoría de la gran dama del cine local.

En el año 1943 realizó Doña Barbara, basada en la novela de Rómulo Gallegos, adoptando a partir de ese momento el seudónimo de «La Doña», donde la actriz y sus personajes se comenzaron a fusionar en uno mismo y Tanto que muchos especialistas afirman que en la mayoría de sus interpretaciones se representaba a ella misma, y sus interpretaciones eran tan impactantes que directores y guionistas comenzaron a escribirles historias relacionadas con su personalidad.

Estuvo casada con Enrique Álvarez de 1931 a 1938 (padre de su único hijo, Enrique Álvarez Félix), con el cantante Agustín Lara (quien compuso la canción María Bonita en su honor) de 1943 a 1947, con el actor Jorge Negrete desde el 18 de octubre de 1952 hasta la muerte de éste en 1953, quines estos dos últimos ayudaron afianzar su imagen de «devoradora» de hombres, extendiendo su fama a toda América Latina y Europa, donde conoció al millonario francés Alex Berger con quien también contrajo matrimonio desde 1956 hasta la muerte de éste en 1974 y en donde realizó filmes que recordaría con orgullo como French Cancan en 1954, dirigido por Jean Rendir.

A María Félix nunca le interesó trabajar en el cine estadounidense, le bastó con triunfar en Latinoamérica y Europa, donde fue conocida como «La mexicana» como una demostración de admiración de parte de su público a su gran trabajo durante su trayectoria artística.
Su última aparición cinematográfica fue en «La Generala» en 1970 y aunque luego de esa interpretación tuvo la oportunidad de otros tres grandes proyectos, nunca los concretó, esperando para 1997 el regreso de «La Doña» quien interpretaría junto a Verónica Castro la versión para televisión «Los amores criminales de las vampiros Morales» de Hugo Argüelles, sin embargo, una vez más sus seguidores quedaron con ganas de verla nuevamente en la pantalla.

Aunque María Félix partió de este mundo el 8 de abril de 2002, ella sigue plasmada en todas sus actuaciones y trabajos llenos de triunfo,
convirtiéndose hoy en día en icono y orgullo de su
país y de toda Latinoamérica. Tanto que en marzo, un mes antes de su desaparición física, se realizaron varios documentales donde se narran sus experiencias y en la grabación de uno en particular, el camarógrafo se encontraba intimidado al verla murmullar apenas sus recuerdos, y por miedo a interrumpirla se fue acercando poco a poco a ella, cuando comienza a escuchar el más bello de todos los homenajes que haya recibido jamás: «Acuérdate de Acapulco, de aquellas noches María bonita, María del alma»¦»