Alejandro Bellame director Venezolano, pronto a estrenar «El Rumor De Las Piedras», ganadora como mejor Película en el Festival De Cine Venezolano entre otros premios, hablamos desde Caracas vía Skype con Alejandro sobre esta película que esta pronto a estrenarse, sobre los actores de Cine y Televisión, las oportunidades de cineastas en Venezuela entre otras cosas, no te puedes perder esta entrevista donde encontraras grandes pensamientos de este director venezolano.

¿Cómo surge la idea de ser director de cine?

Cercano ya un poco a la edad en la que uno tiene que comenzar a decidir que va hacer con su vida, pensaba que era importante escoger algo en lo que yo pudiera acercarme al hecho de tener la máxima felicidad posible. Así que, estar detrás de un escritorio «echando números» o algo así, para mí resultaba impensable. Entonces, en esa edad, por casualidad o por esas cosas que parecieran que están trazadas, había visto la película País Portátil, dirigida por Iván Feo y Antonio Llerandi, con un guión basado en el libro de Adriano león. Esa película me impactó por muchas razones, primero porque me pareció fabulosa, una película que hablaba de una parte importante en la historia del país con un arte y una sensibilidad que me tocó, y además, me demostró que era posible hacer cine de esa especie en Venezuela, con esa característica. También leí una entrevista de Iván Feo donde el explicaba que él hacía cine porque era lo que le gustaba hacer, pero que vivía de la publicidad.

Un poco ingenuamente dije: Esto es lo que voy hacer!! Voy a estudiar Comunicación Social, para trabajar en publicidad o en periodismo; pero lo que quería era hacer cine. Entré a estudiar Comunicación Social, y a fin y al cabo no me salió tan mal porque precisamente vivo de la publicidad y de lo corporativo y ese tipo de cosas; pero podemos hacer películas con un poco de suerte, entonces ese fue digamos el punto de inflexión, es depende y de tantas cosas que tú te vas encontrando en el camino que vas moldeándote, que van moldeando tu vocación.

 

 

¿Qué tan complicado resulta hacer cine En Venezuela para una persona que está empezando?

Es un poco paradójico porque hay poco cine en Venezuela en comparación a otros países, pero el poco cine también implica que hay menos competencia. Tal vez para un muchacho norteamericano soñar en hacer cine, puede ser más difícil que para un venezolano, porque evidentemente allá hay miles y miles de personas, miles de escuelas; mientras que aquí estamos limitados a poco. La Escuela de la Universidad de Los Andes en Mérida, las Escuelas de Comunicación Social y uno que otro instituto, más las personas que de manera autodidacta quieren o se acercan empíricamente a la actividad.

Somos pocos y se hace poco cine, pero básicamente de lo que se trata es de un asunto de perseverancia y de poner el foco hacia el lugar, hacia donde quieres llegar. Tú puedes hacer muchas cosas en la vida; puedes hacer un curso de pintura, un curso de lo que sea, pero si tienes el foco puesto en el cine en algún momento lograras el camino, y afortunadamente en Venezuela, además por el carácter del venezolano, que es muy abierto; si la persona interesada se acerca al medio de una o de otra manera alguien lo acogerá.

En mi caso, lo primero que hice fue como aprendiz de producción en un largometraje, y luego me gradué y estuve trabajando con una persona que hacia comerciales, y así esa persona me llevó a Bolívar Films. Allí comencé a dirigir micros y así fui andando, por supuesto paralelamente hacía talleres de dirección, talleres de guión y asistencia de dirección; y eso tiene que ver con lo que estoy diciendo, con el foco. Puedes por necesidad, porque necesitas vivir, porque necesitas trabajar, hacer muchas cosas, pero tienes que tener un foco, y el foco va dirigido a tus sueños. Esto no es válido sólo para el cine, sino para cualquier cosa que quieras hacer en la vida.

 

¿Es necesario que un cineasta se forme en la universidad, o es suficiente con acercarse a la realización de la manera empírica?

Creo que las vías son muchas, las formas son muchas. No niego que la preparación académica tenga su importancia y su peso, pero creo que lo más importante es esa carga que se llama talento, con la que la gente viene. Con la academia puedes aprender un poco de historia, ves muchas referencias de lo que ha sido el cine, aprendes ciertas técnicas básicas; pero la verdad es que mi preparación en sí desde el punto de vista académico ha sido poca.
Enfoqué mis estudios de pre grado en función del cine, pero la universidad no era una escuela de cine, era una escuela de Comunicación Social, y el cine era una parte de ella; pero hice talleres, vi y sigo viendo mucho cine y es parte de todo eso; así que no creo que sea indispensable la formación académica. Hay un famoso ejemplo que es Orson Wells, y Ciudadano Kane fue considerada la mejor película de todos los tiempos, obviamente estamos hablando de un genio, y no todos pueden ser genios. Por eso es que, digamos la academia si es importante, tiene su peso, pero no es imprescindible. Creo que tú puedes ser autodidacta, sobre todo en cosas como esta.

 

En cuanto a los actores, ¿considera que es necesario para ellos estudiar interpretación cinematográfica, contar con formación académica al respecto?

Vuelvo a decirte, es lo mismo que pasa con los cineastas, la academia es importante , te puede dar buenas herramientas; pero creo que no lo es todo y que hay una parte que viene programado en tus genes, en tu cerebro y hay otra parte que la vas formando y otra muy importante que es la sensibilidad y la cultura. Si es importante que los actores se formen, que entiendan que si está el método, pero que de alguna manera eso se incorpore. Habrá gente que te marca, que te dice una frase y con esa frase te abre un mundo, y eso es más importante que una universidad completa.

 

¿Cómo llega El Rumor de Las Piedras a su vida?

El Rumor de las Piedras es el compendio de muchas cosas, de las cuales quería hablar.
Empecé a plantearme la historia, acudí a una convocatoria del CNAC para desarrollo guión o una sinopsis y bueno me la aprobaron, ese guión lo tenía que entregar en un año. Estuve pensando, dándole vueltas a la cabeza durante meses, construyendo la historia.

Pasa el tiempo y ya faltaban como unos tres meses para que se cumpliera el tiempo límite de entregar el guión al CNAC ya terminado y yo no había tenido ni el tiempo ni la disciplina para sentarme a escribir, si lo tenía muy masticado, pero todavía no había escrito nada prácticamente, y me conseguí a Valentina Azara. Valentina y yo habíamos estudiado en la universidad, hacía mucho tiempo nos habíamos visto una que otra vez por ahí. Ella había escrito un par de libros de poesía, y había trabajado como guionista en telenovelas, series de televisión y ese tipo de cosas. Por esa cosa intuitiva le digo: «Oye Valentina estoy escribiendo un guión que tengo que entregarlo en tres meses y para mí resulta siempre muy importante tener a alguien con quien discutir las ideas», ella aceptó enseguida. Comenzamos a trabajar, con muy poco tiempo, nos reunimos como dos o tres veces nada más. Le dije, la historia va de esto, ella aportó otras ideas y después lo que hicimos fue un trabajo como muy práctico, pareciera como muy frío. Yo le iba lanzando la escaleta, el tratamiento y ella iba como escribiendo el guión, las situaciones y dándole forma, y los diálogos yo los recibía. Agarraba los diálogos y los volvía a escribir y era un proceso así, hubo muy pocas reuniones donde nos poníamos de acuerdo, casi todo era yo te envió tu me envías de vuelta y fue muy interesante, la cosa fluyó bien y rápidamente en dos o tres meses estuvo concluida la primera versión.
Otra cosa que hice fue, que encima de la mesa pegué papelitos de colores, cada color pertenecía a un personaje. Tenía el personaje quien eras y hacia donde iba y los iba poniendo en el camino; y es un método muy práctico porque tú puedes agarrar los papelitos y bueno si pongo esto aquí de manera que comienzas a visualizarlo de una manera muy interesante, digamos como recomendación, como método.

 

¿Qué tan complicado es encontrar a los actores adecuados?

No es fácil. Tienes que hacer muchas pruebas, hacer mucho casting y encontrar a los personajes que tú buscas. Aquí mezclé de todo, gente que nuca había actuado en su vida, gente que ya tenía mucha experiencia y gente que tenía poca. Rosanna siendo una actriz preparada con formación teatral tenía muy poca experiencia en cine, tenía pero muy poca, por otro lado tienes a Alberto Alifa que tiene una gran experiencia en todos los medios que también estuvo mucho en cine. Por otro lado, tenía al niño, no tenía prácticamente ninguna experiencia. Cristian tenía cierta formación y cierta experiencia en televisión y nada en cine, Elisa que tiene todas las películas del mundo y así hay una gran mezcla. Los muchachos que están en la cancha, el Karman, un cantante de hip hop y ahí está Randy, y Zapata también por ahí que tenía encima La Hora Cero y eso también era un gran peligro, porque siendo su única experiencia podría quedarse en La Hora Cero, entonces cómo hacerlo un poco diferente. Yo estaba consciente de que tenía una fauna actoral muy diversa, pero siento que la película quedó bastante pareja, que no hay distorsión.

 

Vi muy pocos actores de televisión en su película, ¿considera que los actores de televisión están marcados por este medio o es mejor trabajar con personas nuevas, frescas?

No tengo ningún prejuicio sobre eso, lo que pasa es que hay gente que se ha formado en la televisión y son televisivos, pero yo creo que un actor es un actor. Ser un buen director es saber escoger a un buen actor, es aquel que goza de una inteligencia emocional, que sabe tomar una cosa que está escrita e interiorizarla porque la entiende y después la transforma en emoción. Eso no es fácil de encontrar.

Hay gente que ha trabajado en televisión mucho tiempo y son excelentes actores, por ejemplo en «Fosa Común», decidí trabajar con un actor que era absolutamente televisivo que era Eduardo Serrano, él había hecho para cine, la película Cangrejo con Román Chalbault, pero era básicamente un actor de televisión, es más era un galán de televisión, él era para mí el personaje y Eduardo resultó excelente en esa película y se ganó su premio también como actor.
Creo que el actor inteligente entiende que está en medio; el teatro, el cine, y la televisión tienen estilos de actuación diferentes, pero por el otro lado está el director que para eso es como el que lleva la batuta.

Yo trato de ser muy intuitivo y creo que los resultados son buenos, no ponerle demasiada cabeza, cuando le empiezas a poner demasiada cabeza, todo comienza a ser muy calculado, más bien ponerle eso, sentido común e intuición.

 

 

Cuéntenos sobre la experiencia de emplear zonas populares como locaciones. ¿Qué tan complicado fue? ¿Contaron con personal de seguridad?

Sí, bueno firmar en cualquier lugar de Venezuela es complicado por el tema de la seguridad, no solamente en los barrios. Evidentemente cuando uno entra a un barrio de alguna manera ya vienes un poco predispuesto a eso. Por supuesto que sí, tuvimos personal de seguridad que está ahí solo para vigilar y para cuidar, sin embargo ante una balacera, ante un enfrentamiento o unas personas armadas con una o dos personas de seguridad no hubiesen hecho nada.

Lo que se trata aquí básicamente es acercarse a esas comunidades con mucho respeto y sin ser invasivo, finalmente terminas siéndolo porque no puedes no serlo cuando filmas una película, terminas invadiendo esos lugares; pero hacerlo con respeto, paulatinamente vas, te contactas con la gente de la comunidad y de ahí vas conociendo.
Nosotros por ejemplo fuimos a hacer una gira de locación y un malandro nos sacó porque no quería que estuviéramos ahí frente a su casa y después fue frente a su casa que terminamos filmando, se vieron las maneras de llegarle, hablar con él, que entendiera de lo que se trataba.

Al final los malandros mismos eran los que terminaban cuidándonos, siendo cómplice de nada evidentemente, aquí de lo que se trataba era de filmar una película y allá ellos con su vida y nosotros con la nuestra, pero sobre todo eso mucha ayuda de las comunidades. La gente está y se mete en la película, participa como extra y te presta su casa y terminas filmando en la noche y terminas por esas escaleras del barrio con una seguridad que no lo harías ni siquiera enfrente de la urbanización precisamente de alguna manera te vuelves como inmune, pero es como una ilusión para la comunidad frente a ese tema.

 

 

¿Cuándo esperamos ver El Rumor de Las Piedras en la salas del cine?

A partir del 30 de septiembre.

 

¿Cómo ve la posible participación de El Rumor de Las Piedras en Festivales Internacionales?

La primera confrontación con el público fue me Mérida, ya había hecho alguna que otra proyección para audiencias muy pequeñas, audiencias que estaban implicadas en la película, en la distribución, en la promoción o para un poco ir midiendo como se conectaba; pero digamos un público que no conocía nada de la película y la sala llena fue en Mérida. Realmente fue impresionante cuando se encendieron las luces y había un gentío llorando y aplausos.
En cuanto a festivales, si queremos ir a festivales, ojalá nos acepten en algún festival internacional importante, aunque creo que sí, son demasiados como para que alguno no me acepte, pero claro uno trata de apuntar primero lo más importante, lo más grande.

 

Después de haber ganado como mejor película, y otros premios más, ¿qué siente al haber alcanzado estos reconocimientos? ¿Qué significan los premios para usted?

No trabajas pensando en los premios, trabajas para hacer la mejor película posible. Los fines no son un fin, sino una consecuencia, pero una vez que tú tienes la película y que la llevas a un festival obviamente quieres ganar, y quieres ganar el premio porque eso significa, el reconocimiento al trabajo, el reconocimiento al resultado y cuando se concreta eso, se siente una gran emoción. Básicamente, ganas, seguridad. Los premios de alguna manera también te ayudan con la promoción, te ayudan en teoría a que tu próxima película de otra manera tendrá un reconocimiento y un prestigio dentro del gremio, esas son cosas que ya luego vienen por añadidura.

 

 

¿Cómo ve la evolución que el cine venezolano está dando desde los últimos años?

Creo que no hay que ser muy demagógico tampoco, porque una de las salidas fáciles sería decirte, sí el cine venezolano está en un gran momento. Sí, es así, pero cuando decimos eso se nos olvida de pronto que ha habido películas maravillosas en el pasado. Yo no sé si hay películas actuales que se le acerquen a Jericó, a País Portátil, a La Oveja Negra, o a Macu. Ha habido momentos y películas muy importantes a lo largo de la historia, de pronto se nos olvida porque años atrás fue que salió Jericó y se nos olvidó. No hay que perder de vista, lo que tenemos hoy es consecuencia de todo lo que hemos hecho y que hay preferencia maravillosas en el pasado también, que vivimos un buen momento como consecuencia. Efecto directo es la ley del cine actual, es decir, mientras más cine se produzca, más películas malas habrá pero también más películas buenas y yo vi en los festivales años atrás de lo que estoy diciendo. El problema no es si el cine venezolano es mejor que el de antes, obviamente hay mejor sonido desde el punto de vista técnico, las herramientas se han vuelto más accesibles y eso hace que la factura sea un poco mejor, pero más que eso a lo que me refiero es a historias, a calidad de actuación, a lenguaje y creo que si hay un buen momento pero no creo que sea mucho mejor de lo que había antes.

Hay más, y también resulta que hoy en día nos enteramos, que hay una película como Hermano que va para Moscú, o La Hora Cero, entonces digamos son las herramientas de comunicación que tenemos además nos hacen sentir que pareciera, pero también es innegable que hay mucha más producción ahorita gracias a la ley de cine, y sí que hay algunas voces nuevas que están dando la hora.

 

 

 

¿Qué debe tener un actor para trabajar en una de sus producciones?

Primero, debe ser una persona inteligente; segundo trato de trabajar no solamente con los actores, también es importante que allá mucha calidad humana, eso es un decir pero es el buen trato, que haya disponibilidad de entregarse al trabajo frente a tu requerimiento y por su puesto busco talento, naturalidad, mucha verdad, y creo que un rostro que te trasmite verdad. Eso es lo básico, un rostro, un cuerpo, una persona que te trasmite verdad, sinceridad, honestidad de lo que hace y por el otro lado obviamente que esté en el casting, que se parezca al personaje, aunque también lo expliqué, Rosana no era Delia, hasta que ella llegó y con dones de ella comenzó a ser Rosana, es como que ella terminó cambiando. Así pasó con Cristian, con Juan Carlitos también; no eran los rostros que había imaginado, pero de pronto llegaron y ellos se convirtieron en los personajes.

 

 

¿Algún otro proyecto en mente?

Sí claro, siempre hay un proyecto en mi mente. Un guión que se llama El Vacío. Creo que es el título provisional.

 

 

¿Un consejo para las personas que desean formar parte del medio?