La claqueta es un objeto muy reconocible y característico del mundo del cine, pero ¿sabes para qué sirve realmente? En este artículo te explicaremos el origen, la utilidad y la evolución de este dispositivo que se utiliza en la realización de películas y otros productos audiovisuales.

El origen de la claqueta

La claqueta tal y como la conocemos hoy en día fue un invento de Leon M. Leon, un pionero del sonido cinematográfico que trabajaba como utilero en las películas mudas. Su invento fue una mejora de otro creado en Australia por F.W. Thring, que consistía en dos palos unidos por una bisagra que se hacían chocar frente a la cámara1.

La claqueta de Leon incorporaba una pizarra con información sobre la producción, el director, el director de fotografía, el número de rollo o tarjeta, el número de escena y el número de toma. De esta forma, se podía identificar cada plano y sincronizar el sonido y la imagen con el famoso “clack” que hacía la barra de madera al cerrarse sobre la pizarra.

La claqueta tiene varias funciones dentro de un rodaje, que se relacionan principalmente con el proceso de edición y postproducción de vídeo. Estas son las principales:

Indicar de qué producción se trata: En la claqueta se debe poner el nombre de la película, el del director y el del director de fotografía. Esto se debe a que antes, cuando se rodaba en celuloide, se enviaban los rollos a un laboratorio y había que etiquetarlos para evitar confusiones. Hoy en día, con el formato digital, se sigue manteniendo esta costumbre por si se trabaja con varios proyectos a la vez.

Enumerar el número de rollo o tarjeta: Antes se usaban rollos de celuloide que se numeraban para llevar el control en el laboratorio. Hoy se usan tarjetas de memoria o discos duros que también se numeran para organizar el material3.

Enumerar los planos y las tomas: Esta información es fundamental para que el editor o su ayudante puedan clasificar y ordenar el material en el software que utilicen para el montaje. Cada escena se identifica con un número y cada plano con una letra. Por ejemplo, la escena 12 y el plano A, B, C, D… Cada toma se identifica con un número que indica cuántas veces se ha repetido el plano.

Sincronizar el sonido y la imagen: Como el sonido y la imagen se graban en aparatos diferentes, hay que sincronizarlos luego para que estén perfectamente alineados. El “clack” que hace la claqueta se usa como referencia para unirlos, ya que queda grabado en el audio y se ve en el vídeo. Hoy en día existen herramientas como Pluraleyes que sincronizan automáticamente la imagen y el sonido, pero la claqueta sigue siendo útil por si hay algún fallo o se quiere hacer manualmente.

La evolución de la claqueta

Las primeras claquetas eran de madera y tenían solo algunos datos de información. Con el tiempo, se fueron incorporando otros elementos como el código de tiempo, que es una señal que indica el tiempo exacto de cada fotograma, o el color de referencia, que es una escala de colores que sirve para ajustar el balance de blancos y la corrección de color.

Hoy en día existen claquetas digitales que muestran la información en una pantalla y se sincronizan con el reloj interno de la cámara y el equipo de sonido. También hay aplicaciones para móviles o tabletas que simulan una claqueta y permiten guardar y enviar los datos de cada toma.

Como ves, la claqueta es un objeto muy importante y útil en el cine, que tiene una larga historia y una gran evolución. Esperamos que este artículo te haya servido para conocer mejor su función y su valor.