Es relativo, hace muchos años sentía que un actor de TV no podía llegar a hacer grandes interpretaciones cinematográficas, pero mi experiencia en Tiempo Final me mostró lo contrario. Creo que no importa si el actor viene de teatro, cine, de TV o de la vida diaria, siempre y cuando entienda el cine como un medio diferente, se comprenda sus códigos, el poder del plano, de la mirada, del sentir y no del mostrar. Creo que actores sin experiencia cinematográfica pueden dar actuaciones increíbles, la virtud del actor no depende de su origen e incluso como en muchos casos no depende de su experiencia, sino de las ganas, el talento, la disciplina.

Pareciera que existe una tendencia a buscar actores de trayectoria en las producciones cinematográficas. ¿Por qué sucede esto?

En el cine, así como en cualquier proyecto que requiere de inversión, uno busca minimizar los riesgos, y el hecho de contar con nombres con cartel permite que los productores sientan una tranquilidad con sus proyectos. Esto permite despertar interés en mercados, distribución, llegar más fácil a la audiencia; hay muchos factores, pero como todo en el cine no representa un seguro real, es una posibilidad. Aunque conocemos el caso de películas de Brad Pitt o Nicole Kidman u otros actores de alto nombre que realizan proyectos que terminan teniendo resultados muy bajos en taquilla, lo cual significa que tener actores con trayectoria no asegura nada, pero es un buen elemento al cual aferrarse a la hora de decidir realizar proyectos de gran magnitud, donde hay tanto dinero involucrado.

¿Qué debe tener un actor para participar en una de sus producciones?

Las 3 características que mencioné anteriormente, Ganas, Talento y Disciplina… También como directores y productores aprendemos a escoger a los actores, no se trata de trabajar con nuestros actores amigos, es encontrar al actor para cada papel. Ese es un gran error que cometemos en Colombia, no se trata de trabajar con el mejor, o el más cercano, se trata de encontrar al actor que es, el que es para ese papel…

¿Colabora usted con sus actores en el proceso de construcción del personaje?

Enormemente, para mí el Cine es un arte colaborativo. Yo soy director pero no actor, entiendo mucho a los personajes, sé que quiero contar con ellos, sé como quiero que terminen las cosas, pero la cabeza de un director está en función de un millón de elementos en una película. En la cabeza de un director están los 15 ó 40 personajes de una película, nunca, por más que queramos, vamos a poder hacer una lectura tan profunda como la que puede hacer el actor, quien está 100% concentrado con su personaje. De esta manera, mi hermano (escritor) y yo, buscamos que los actores participen intensamente en la creación y desarrollo de los personajes, dejamos que ellos les den realmente vida, que les pongan la carne, los huesos. En ocasiones, esos aportes de los actores son tan fundamentales, que nos obligan a hacer cambios enormes dentro de nuestras historias. Les damos vida hasta tal punto que cosas definidas en el guión ya no funcionan, motivaciones que cambian y transforman la historia. De este modo, el actor tiene un roll tan importante que sus aportes pueden llevar la historia a rumbos en ocasiones ni imaginados por el Escritor o el Director.

¿Qué consejo les da a aquellos actores que desean ingresar al medio?

Que crean en sus sueños, que nunca olviden las cosas que los motivaron a comenzar esa carrera, y sobre todo, que con disciplina y trabajo duro las cosas son posibles. Es una profesión dura, complicada, pero es muy gratificante.

¿Qué le falta al cine latinoamericano para proyectarse aún más?

Siento que el cine latinoamericano se ha proyectado tanto como se puede. Se ha llegado muy lejos, se ha tenido el reconocimiento mundial con proyectos enormes, atrevidos, innovadores, filmes de Argentina, México, Brasil que están a la altura de cualquier gran película universal. Incluso, aunque lo dudemos, nuestro cine tiene muy buena penetración mundial, lo que pasa es que como ocurre en países como: EEUU, Alemania, Francia, Inglaterra, Italia, no todo lo que se hace pasa a la historia.

Hacer grandes películas, buenas películas, es tan difícil aquí en Colombia, como en cualquier parte, y cuando una película buena se hace es probable que viaje, salga, se conozca y repercuta.

Así que, como Director y Productor puedo decir que el único consejo, el único secreto, la única receta para que nuestro cine se proyecte cada vez más; es tratar de hacer buenas películas, que se atrevan, sueñen, piensen en grande aún cuando son pequeñas, incluso me atrevería a asegurar que lo que necesita nuestro cine es dejar de pensar en lo que necesita nuestro cine, y simplemente… Hacerlo.