El Centro Cultural Tulio Febres Cordero se ha consolidado como el epicentro de la actividad artística y cultural de Mérida, Venezuela. Desde su inauguración en 1994, ha sido el hogar de innumerables eventos que celebran la creatividad y el talento local e internacional.

Ubicado en el corazón de Mérida, el Centro Cultural Tulio Febres Cordero es uno de los referentes más importantes del estado, tanto por su infraestructura moderna como por su influencia en la vida cultural de la región. El imponente edificio de 16.000 metros cuadrados se erige en lo que antes fue el antiguo mercado principal de Tatuy, un espacio histórico que, con el paso de los años, ha sido transformado en un lugar de encuentro para el arte, la educación y el pensamiento crítico.

El centro fue diseñado por el arquitecto Iván Castellano, quien, debido a diversas dificultades durante la construcción, no pudo concluir su gestión. A pesar de estos obstáculos, el proyecto fue finalmente inaugurado el 21 de diciembre de 1994 por el gobernador Jesús Rondón Nucete. La estructura del edificio, que utiliza cemento a la vista, destaca por su gran espacio central abierto, desde donde se asciende por rampas para acceder a las distintas salas de exposiciones.

Entre las diversas instalaciones del centro se encuentran salas de exposiciones, jardines, boulevares, un auditorio, una zona rental y un cafetín. Estos espacios han sido testigos de una variedad de eventos que van desde exposiciones pictóricas, convenciones y seminarios, hasta conciertos, ballet, teatro y cine. La versatilidad del centro le ha permitido convertirse en un referente cultural no solo para Mérida, sino para todo el país.

Uno de los componentes más destacados del Centro Cultural Tulio Febres Cordero es su Departamento de Artes Escénicas, dirigido por Alejandro Ramos, licenciado en teatro, director teatral, y promotor cultural. Este departamento ofrece talleres permanentes en danza, ballet y teatro, y cuenta con un equipo de trabajo compuesto por siete profesionales en diversas disciplinas. A través de sus programas de montaje, en colaboración con otras instituciones, se busca crear una experiencia integral que promueva las artes escénicas en la región.

Entre los proyectos actuales destaca el montaje de la obra de teatro sobre Manuela Sáenz, un tributo a una de las figuras más emblemáticas de la historia venezolana, cuyo preestreno tuvo lugar el 27 de noviembre de 2024, en el marco del Día Nacional del Teatro. Además, se estrenará próximamente la obra «Preciosa Merideña», continuando con el enfoque en la merideñidad y la riqueza cultural del estado. Este enfoque de trabajo está respaldado por el reconocido profesor Ismael Serrano, un referente de las tablas merideñas, quien lleva a cabo el taller de teatro, con énfasis en autores locales, y en la pedagogía teatral.

El Centro Cultural Tulio Febres Cordero también destaca por ser el espacio con el mayor aforo de público en el estado, con 1218 butacas distribuidas en la Sala Gonzalo Picón Febres. Esta gran sala, que también se utiliza como sala de conciertos, permite la flexibilidad de su espacio mediante el uso del «teatro de bolsillo», una técnica que coloca tarimas dentro del aforo para adaptarse a diversas producciones y públicos. Además, el centro se ha convertido en un punto de encuentro entre la comunidad y las instituciones educativas, ofreciendo actividades como cuentacuentos, mimos y zancos para involucrar a la comunidad en el proceso artístico.

En su esfuerzo por promover el arte entre las nuevas generaciones, el Centro Cultural también ha utilizado las plataformas digitales, como su cuenta de Instagram (@fundecem_merida), para incentivar a las personas a asistir al teatro y conocer las diferentes actividades que organiza. Asimismo, se ofrecen talleres de literatura y otras áreas artísticas para motivar a los niños y niñas a adentrarse en el mundo del arte, buscando que, al crecer, definan su pasión, ya sea en la danza, el teatro o cualquier otra disciplina.

Actualmente, el centro sigue siendo un espacio fundamental en la ciudad, no solo por su infraestructura y programación, sino también por su labor pedagógica, contribuyendo a la formación de futuros artistas y promoviendo la cultura en todas sus formas.

Por: Oriana Salas