Desde pequeña, en mi natal Cali, me llamó la atención actuar en televisión, pero era algo muy ajeno para mí ya que no vengo de familia de artistas. Así que unos años después de graduarme en el colegio comencé con algunos talleres de actuación mientras estudiaba Arquitectura, y a raíz de esos talleres descubrí que lo que definitivamente quería era convertirme en una actriz profesional. Por consejo de mi profesora armé un viaje a Bogotá para estudiar en la ENAD, allí hice mi carrera de formación teatral y finalizando mis estudios, al cabo de casi cinco años, comencé a trabajar en papeles pequeños en la televisión.

¿Cuéntenos de este nuevo proyecto, POCHOLO?

es una telenovela de la noche del Canal Caracol y tiene como personaje central a un hombre bueno hasta la médula que apuesta firmemente a que, a pesar de todo, los verdaderos valores siempre han de salir vencedores. Este personaje tendrá que capotear un sinfín de obstáculos que pondrán en su camino las personas para quienes él es simplemente un «˜bobo»™, pero también encontrará en su camino personajes que lo ayudarán a no desfallecer en sus buenos propósitos, y que lo rodearán de amor y admiración. Yo represento a un amor platónico de Pocholo que llega del pasado pero con unas nuevas condiciones: es una mujer que hace poco ha sufrido un accidente automovilístico que le quitó la movilidad de sus piernas.

Para mí significa un nuevo mundo por explorar, una nueva sensibilidad por descubrir, y no solamente en el trabajo corporal de «˜anular»™ las piernas sino en la parte emocional, en lo que implica tener que estar en una silla de ruedas para movilizarme. Es una responsabilidad muy grande para con las personas discapacitadas y sus familias el rendirles un homenaje, de aproximar al máximo mi personaje a las realidades que puedan estar viviendo

¿Qué opina de los nuevos talentos?

Es maravilloso toparse con jóvenes talentosos con muchas ganas de hacer y de aprender. En este medio hay de todo, como en la viña del Señor, y no se puede generalizar diciendo que son puros modelitos caribonitos mostrándose ante una cámara, pero de que los hay los hay. Lo bueno es que con el tiempo el mismo público va decantando y quedan los que realmente aman el oficio y lo toman con mística y respeto.