¿Considera usted fundamental que un actor tenga conocimiento sobre interpretación cinematográfica?
Para trabajar en cine sí. Para la actuación en teatro el actor debe construir su personaje en el tiempo, en el cine no, en él hay que fraccionarlo, hiperfraccionarlo… porque no solo es fraccionarlo de secuencia en secuencia sino fraccionarlo de plano en plano y muchos de los actores no tienen esa experiencia y es muy difícil porque toda la emotividad y la continuidad emotiva de un actor en cine no es fácil de obtener, es necesario tener una cierta experiencia o desarrollarla. Hay algunos que son muy intuitivos pero de todas maneras no es fácil.
Pareciera que existe una tendencia a buscar actores de trayectoria en las producciones cinematográficas. ¿Por qué sucede esto?
A mí me gusta trabajar con actores profesionales porque el costo de producción de una película es muy alto y generalmente los actores que son no profesionales te hacen perder mucho tiempo. La experiencia cuenta.
Los profesionales saben que no son sólo ellos sino los que están actuando con ellos. Preguntan dónde está el encuadre, cuál es el borde y de repente sin perder el personaje por su capacidad profesional. Y como tienen esa capacidad, se trabaja muy rápido con ellos, muy seguro y son gente que no te va a aplastar sino que necesita que tú estés a un buen nivel porque ahí ellos van a estar al nivel tuyo. Por eso prefiero a los profesionales.
Al actor lo respeto mucho porque es al que le robas la voz, el cuerpo, el alma y todo te lo entrega para usarlo pero en definitiva es tu sueño, tu película y tú lo que estás es utilizándolo para eso.
¿Qué debe tener un actor para participar en una de sus producciones?
Yo escojo a los actores por su capacidad histriónica y porque de alguna forma físicamente den con el personaje. No es que se parezcan, sino que lo den. De hecho, yo hice un casting gigantesco para Despedida de Soltera y ahí lo que se hizo fue decirles a las personas que hicieran una improvisación, que se mostraran, porque la fotogenia es importante y es un misterio. Hay gente preciosa que en cine sale horrible y hay gente horrible que en cine sale preciosa. El misterio nadie lo sabe sino hasta que no metes en cinta a la persona.
Entonces, hicimos un casting muy grande, a las preseleccionadas se les pidió que hicieran una improvisación y después me quedaba con dos o tres para cada personaje y se le daba un fragmento de texto para ver cuál era la que mejor lo hacía.
¿Colabora usted con sus actores en el proceso de construcción del personaje?
Es imprescindible. Yo siempre he respetado y me ha gustado mucho trabajar con los actores. De hecho, siempre ensayo con ellos mucho antes del rodaje pero también es importante que el actor construya su personaje independientemente. Por ejemplo, en la película antes mencionada, yo agarré a las actrices, les entregué el guión y les dije hay cosas que aparecen ahí pero construyan la biografía de los personajes como antecedentes y fue un proceso bien sabroso, bien elaborado y ensayé durante casi dos meses. Afortunadamente, en el caso de esa película, casi todo sucedía en una casa y yo conseguí una que estaba vacía y tuvimos todo el tiempo ahí para montar la escenografía cinematográfica y ensayamos como una obra de teatro. Además, la ventaja era que eran trece mujeres y casi siempre estaban todas y eso cinematográficamente no es fácil, por la movilidad y todo. El ensayar eso como una obra de teatro me permitió mucha rapidez en el rodaje porque en cada secuencia todas sabían hacia dónde iban, por dónde venían, cómo se ubicaban, cómo se compenetraban a las otras, etc. Todo eso fue montado como una obra de teatro aunque para ser narrado como cine indiscutiblemente porque era un espacio casi único.
Pero siempre en todas mis películas he ensayado antes de empezar el rodaje, porque ese es otro problema que cuando tú estás rodando no hay tiempo, y otra cosa es que yo les exijo a los actores saberse al pelo el diálogo, no hay improvisaciones, ni muletillas. No le permito a ningún actor salirse de lo que está escrito.
¿Qué consejo les da a aquellos actores que desean ingresar al medio?
Ver muchas películas, ver muchas actuaciones. Además, el video tiene una gran virtud, tiene el review, el stop, maneras de estudiar lo que ahí está sucediendo.
¿Qué le falta al cine latinoamericano para proyectarse aún más?
Es muy difícil competir internacionalmente con Hollywood porque ellos tienen el mercado mundial. Tuvieron esa capacidad, esa sabiduría, y lo penetraron y hoy en día competir con eso no puede nadie, ni siquiera los países del primer mundo europeo.