Su música
La Totó va mucho más allá, se deja enredar con cantos y danzas tan ancestrales como los cantos de los indígenas que habitaban estas tierras antes de la invasión española impregnando también sus notas con las raíces de los esclavos africanos y la influencia de la música española de esa época.
Se ha pasado toda su vida tratando de rescatar, conocer e interpretar esas melodías tan nuestras y que de alguna forma no valoramos, prefiriendo tonos de otros mundos, de otros continentes que ni tienen que ver con nosotros.
Su lenguaje son las cumbias, bullerengues, chalupas, garabatos o mapalés; también sones, guarachas, rumbas y sextetos. Todas palabras desconocidas que sin más son diversos ritmos y danzas de las tres etnias mencionadas, tres grandes historias: America, África y Europa. En ese mundo se mueve Totó la Momposina y su grupo. Su cántico suena a costa, a tambores, a café, a montaña. Su voz transmite la fuerza de un pueblo y la «˜pujáncia»™ y belleza de las mujeres. Su música suena a flor y agua, su música suena a vida colombiana. Las letras de su música son historias, historias tejidas en el tiempo, historias rescatadas de los pueblos, historias de la historia de nuestro pueblo.
Grandes momentos
A pesar de su fuerza poco conocida en el interior y aclamada por fuera, la Totó ha alcanzado grandes momentos en su larga vida artística, dedicándose profesionalmente a la música en 1974 y presentándose en los foros y escenarios dedicados a la música y a la cultura, más importantes del mundo. Participando en El Festival Cervantino de Guanajuato y en el festival de música del Caribe en Cancún, ambos en México y que catapultaron su talento a niveles muy amplios.
Tal vez un momento de gran y grato recuerdo fue que en 1982 acompañó al respetado escritor colombiano Gabriel García Márquez a la ceremonia de entrega del premio Nobel de literatura. De su brazo y ante miles de espectadores la Totó lo acompañó hasta Estocolmo, Suecia para recibir el codicioso premio.
Después de esto, siguió presentándose en los más aclamados lugares dejando muy en alto el nombre de su tierra, nuestra tierra: Colombia. Totó magnifica el papel de la Academia y empieza y profundiza sus estudios en prestigiosas universidades de Francia y Cuba.
En 1992 es la cara de Colombia ante el mundo en la Feria Mundial, realizada en Sevilla, España y sólo un año después firma un contrato con la fundación Peter Gabriel para el sello discográfico Real World, teniendo un rotundo éxito, paradójicamente fuera de Colombia.