En un mundo donde el teatro contemporáneo busca constantemente reinventarse, «Catatonia» se erige como un faro de creatividad y emoción en la escena teatral de Nueva York. Con un texto cautivador de Juan Carlos Mazo y la dirección magistral de Fabián Valbuena, esta obra en español no solo resuena con la comunidad hispanohablante, sino que también atrae al público en general, convirtiéndose en una experiencia teatral inolvidable.

Desde el momento en que el telón se levanta, la presencia magnética de Charlie Zen como el payaso cautiva a la audiencia. Su habilidad para transmitir una compleja gama de emociones a través de su movimiento corporal y una mirada penetrante es excepcional. Cada gesto, cada sutil movimiento de su mano, da vida a un personaje que refleja la locura y la vulnerabilidad humana. Zen no solo actúa; hipnotiza, llevando al público en un viaje emocional que oscila entre la risa y el asombro.

El elenco se complementa con la impresionante actuación de Juan Agfran, quien encarna al mago con una majestuosidad sorprendente. Su presencia en el escenario es un recordatorio de que el talento puede surgir desde las sombras, transformándose en una brillante estrella. Agfran logra imprimir al personaje una profundidad que lo convierte en un pilar fundamental de la trama. Juan Alzate, como Samaca, aporta una dimensión conmovedora, atrapando al espectador en un torbellino de emociones que lo enamoran en cada escena. Su interpretación es rica en matices, lo que permite al público conectar profundamente con su viaje emocional.

Lina Bayona, en el papel de Mariela, ofrece una interpretación intensa que fusiona fuerza y melancolía. Su capacidad para expresar la vulnerabilidad del personaje añade una capa de complejidad que resuena en el corazón de la audiencia. Bayona logra capturar la esencia de su papel con una autenticidad que deja huella. Marlon Fernando, como Arturo, despide un aire de misterio y curiosidad, presentando un personaje que invita a la introspección. Su actuación es sutil pero poderosa, lo que permite que la audiencia se sumerja en su mundo interno. Valeria Avina, en su papel como Solange, se convierte en una representación magistral de la comunidad LGBTQ+, aportando una inclusión inteligente que enriquece la narrativa.

Su actuación es vibrante y llena de matices, mostrando una profundidad emocional que desafía estereotipos y celebra la diversidad. Es importante destacar que «Catatonia» presenta un elenco nuevo de actores que, aunque son caras frescas en el teatro, se apoyan en las ya conocidas del escenario latino de Nueva York, como Charlie Zen y Valeria Avina. Este nuevo talento no solo aporta una energía vibrante, sino que también se perfila como un grupo que seguramente abrirá las puertas a futuras oportunidades por su gran trabajo en esta producción. La dirección de Fabián Valbuena es impecable, logrando un equilibrio perfecto entre el drama y la comedia. Cada escena está cuidadosamente coreografiada, permitiendo que las transiciones fluyan con una gracia que mantiene al espectador al borde de su asiento. La música, a cargo del reconocido productor «Chico Raro» y el talentoso Daniel Pumarejo, complementa la acción en el escenario, creando una atmósfera poderosa y envolvente. La inclusión de un acordeón y un baterista magistral eleva aún más la experiencia sensorial que ofrece «Catatonia», añadiendo una dimensión musical rica y conmovedora que acompaña cada momento.

Esta obra, que fue llevada inicialmente al teatro en Colombia, ha sido adaptada a una versión que, sin duda, ha sido creada con su propio lenguaje. La música, las actuaciones y la escenografía nos sumergen en un ambiente que nos adentra al camerino, como menciona el personaje principal en la introducción, invitando al público a explorar el detrás de escena de la vida teatral. «Catatonia» no solo hace reír y llorar, sino que también provoca momentos de inquietud, desafiando al público a enfrentar sus propios miedos y vulnerabilidades. Es un viaje emocional que, sin duda, merece más temporadas en el escenario. Es una obra que no solo entretiene, sino que también invita a la reflexión, dejando una huella indeleble en quienes tienen la fortuna de presenciarla.

La producción estuvo a cargo de Marlon Fernando y El Vicio Producciones, quienes el año pasado irrumpieron en la escena teatral con «Perdona Bonita», logrando posicionarse con fuerza en el circuito del teatro latino. Esta productora fresca no solo cuida cada detalle, sino que se enriquece con un talento perfectamente seleccionado, lo que demuestra que han llegado para quedarse y crecer en el competitivo mundo del Off Broadway. Con «Catatonia», El Vicio Producciones reafirma su compromiso con la excelencia y la innovación, mereciendo aplausos por su valiente propuesta. Con una propuesta tan audaz y visceral, «Catatonia» se posiciona como un must-see en el panorama teatral. Esta obra es, sin duda, una delicia de principio a fin, y un testimonio del potencial del teatro en español para brillar en el corazón de la Gran Manzana.

Por: Jason Montenegro

Fotografias: Alex Calle