¿Como nace la oportunidad de radicarse en Miami, y trabajar allá?
Nace la oportunidad cuando hice «Marido y Mujer», una novela que protagonice para CARACOL con Robinson Díaz, la cual tuvo buena acogida en el exterior. Estuvimos promocionándola en Venezuela, lugar donde Venevision decide hacer una novela en Miami, para la que me solicitan en un casting, y pues esa fue mi primera experiencia en Miami haciendo telenovelas, a partir de la cual quedé muy conectada con Fonovideo, empresa que producía novelas para Univisión, y en la cual terminé haciendo tres telenovelas. Luego estuve en Telemundo, después en Colombia y así empieza la conexión con el mercado exterior, la cual más que todo fue profesional. Nunca tuve ganas de irme de Colombia, solo hubo una oportunidad que supe aprovechar, que me permitió ver y conocer como se hacían las producciones en Miami, que herramientas utilizar para hacer carrera en este lugar. También vi la posibilidad de arreglar mi residencia, en cuanto a documentos, cosa que podía resolver con mi visa de trabajo, para posteriormente obtener la residencia permanente. Para entonces, ya mi vida personal arropa la profesional, así que terminé quedándome definitivamente en Miami.
¿Como ve la evolución de Maritza Rodríguez Actriz hasta ahora?
Es una evolución de mucho peso, gratificante, porque empecé desde cero, en cuanto a conocimientos, y fui creciendo, absorbiendo la manera cómo se trabaja esto. En el camino hubo mucha gente madura y veterana que me ayudó muchísimo, tales como mis profesores Alfonso Ortiz y John Alex Toro, cuyas clases me sirvieron muchísimo para enfrentarme a la caracterización de personajes tan lejanos a mí, algo que me gusta mucho, razón por la cual me he preocupado mucho porque la gente vea en cada uno de mis personajes la gran diferencia, tanto en ellos mismos como en mí al ver el resultado final. A veces me siento y veo videos de telenovelas viejas donde he participado, y me siento muy contenta que obtuve lo que yo quería lograr en cada uno de mis personajes, que lo hiciera tan distintos cada uno, con la mano de Dios que me ha regalado ese talento. Ojala pudiera hacer estas cosas en Colombia, pero así ha sido el destino.
¿Cuando un actor empieza casi siempre suelen ser criticados por sus interpretaciones, este fue el caso de Maritza?
Uno siempre es criticado por todos, aunque en mis comienzos no fue tan fuerte, creo que la crítica más fuerte fue conmigo misma, porque yo quería romper con la sombra de la modelo a la actriz, yo quería que cuando se nombrara a Maritza Rodríguez se dijera «la actriz», y eso lo logré, eso fue un propósito muy personal. En lo que reconozco que me sentí muy criticada y en el fondo tachada por Colombia, es en el hecho de que hice mi primera novela fuera de sus fronteras. Tenía que hablar diferente, y no porque no me sintiera colombiana, sino porque debía hacerlo, pues necesariamente requería un acento neutro, lo cual me obliga a hablar de una forma muy distinta, debido a que es la forma como se trabaja en Miami. Con la promoción de la telenovela «Amantes del Desierto», recibí críticas fuertes que redundaban el la idea de que yo me creía mexicana. Cuando pasaron de nuevo la telenovela en Miami, pude notar que no hablo como mexicana, sino que no saco los dichos colombianos, y esto lógicamente sucede porque el mercado inicial no era Colombia. Cuando regreso a Colombia para realizar una telenovela para RCN llamada «Milagros De Amor», obviamente volví a hablar con mi acento colombiano, a retomar el lenguaje corporal adecuado. Me siento más barranquillera que nunca, mi casa es costeña, sin embargo a la hora de trabajar tengo que sacar las herramientas necesarias.
El apuntador es una herramienta que se usa en algunos países, ¿Que le puede perjudicar, o que le puede favorecer a un actor el uso del apuntador?
Venia de trabajar sin apuntador, puesto que en Colombia no se usa, llegó un momento en la telenovela «Ángel Rebelde», yo tenia 20 escenas diarias, y allí la manera de trabajar consiste en obtener la pauta o el plan de trabajo cerca de las ocho de la noche del día anterior. Entonces tienes que trabajar así, a un punto en que ya no puedes, tanto así que el día que me toco usar el apuntador, lloré y lloré muchísimo. Fue entonces cuando uno de los actores me dice: «Maritza, no te vas a sentir menos actriz, apréndelo a usar, y verás que va a ser beneficioso para ti», así que lo asumí y ahora soy una experta al usarlo. Ahora que estuve de los dos lados, lo que puedo decir es, que el apuntador me parece una herramienta, muy necesaria dependiendo del estilo de trabajo que lleves. Cuando te avisan un día antes, no tienes forma de programar, de estudiar, por lo que constituye una muy buena herramienta, ya que no te desgastas tanto. El apuntador es un apoyo, con el cual te equivocas menos, sin embargo, con él lo único que puede perjudicar a un actor es acostumbrarse, volverse vago, no estudiar, no leer, llegar a estar pendiente que te digan la letra. Entonces empieza a ser falso, a sonar recitado, y por consiguiente la memoria se altera. Eso siento que me ha pasado en ocasiones, por ejemplo, en la telenovela, «El Rostro de Analía», donde el equipo de exteriores trabajaba sin apuntador, y por el contrario, el equipo de estudio trabajaba con apuntador, por lo que al grabar exteriores me cuesta un poco más memorizar, debido a la falta de práctica. Las producciones que he hecho acá en Miami han sido realizadas siempre con apuntador, de modo que cuando debo grabar exteriores me cuesta mucho, me toma más tiempo para estudiar de lo que me tomaba antes. Sin embargo, todo es un sistema, así, en Colombia se entrega una pauta 15 días antes de la grabación, contaba con la suerte que siempre agarraba los domingos y estudiaba todo lo de la semana, y mas o menos calculaba los tiempos, de forma que como la memoria está activa, entonces es mas fácil memorizar el texto. Todo el equipo de producción sabe que el actor esta trasnochado y tuvo que haber estudiado, pero aquí no ocurre eso, entonces todo se adapta dependiendo de los sistemas. En conclusión, pienso que el apuntador es una herramienta importante siempre y cuando el actor sepa como manejarla, si el actor se va de vago es muy perjudicial.
Vuelo 1503 fue el remake de una exitosa serie americana, y fue también el más reciente personaje de Maritza en Colombia, sin embargo, a pesar de que la serie tuvo todas las cartas a su favor, no le fue muy bien en audiencia, ¿por qué cree que no funcionó?
Como se dice en la industria, el éxito no se cuestiona, hice el trabajo que tenia que hacer. A mí me llamó mucho la atención el proyecto, por lo cual decidí irme, porque era otro cuento, era romper con el glamour, sin embargo pienso que no calcularon muy bien hasta qué punto la historia de la selva iba a saturar al espectador. Lamentablemente, llegó a ser empalagosa, aunque muy buena la historia, debió combinar un poco más la selva con la cotidianidad normal de una ciudad. La historia de la telenovela está clara, pero cuando quieren hacer algo riesgoso, las personas involucradas tienen que medir siempre que no pueden dejar de considerar la línea de la telenovela, porque o es serie o es novela. Esas fusiones tienen que cuidarse, creo que eso se le salió de las manos a Caracol, por eso, aunque pueda sonar acusativa mi opinión, pienso que no fue una producción fácil para uno como actor, pero definitivamente fue interesante.
¿Un tip para la memorización de textos?
Se hace fácil, cuando uno conoce la historia, nunca he dejado de leerme un sólo libreto de la telenovela en la que he trabajado, eso me ayuda mucho, porque así entiendo hacia dónde me dirijo, de donde viene mi compañero, me permite conocer bien al personaje, la razón de las escenas, el por qué y el para qué, luego es simplemente comprender la escena y en consecuencia la memorizas rápido, no es tan difícil..
¿Como ve al nuevo talento que ingresa a la televisión en estos tiempos?
Me parece bien, cada quien tiene su proceso y su oportunidad, vemos personajes encarnados por artistas que eran modelos, ahora son actores, eso me parece bien, me parece refrescante que la gente vea artistas nuevos.