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Farándula y famosos en América Latina

EDITORIAL

Idolos de Cristal

Cuando obtenemos algo importante en la vida, suele suceder que lo cuidamos tanto que terminamos…

Idolos de Cristal
La Princesa Diana de Gales fue una de las mujeres mas acosadas del mundo por los paparizzis desde el dia que se caso con el Principe Carlos los flashes de las camaras no pararon de brillar hasta el dia de su tragica muerte e inclusive años despues de ese suceso.

Cuando obtenemos algo importante en la vida, suele suceder que lo cuidamos tanto que terminamos por separarlo de la realidad, sumergiéndolo dentro de una burbuja, donde somos jueces de lo que es bueno para ello, donde argumentamos cualquier cosa para separarlo de lo nocivo, más bien de lo que creemos que es nocivo.

Esta actitud es común en el ser humano, a tal punto que la dejamos entrever cuando alguien nos decepciona, cuando para nuestros adentros decimos cosas como «yo no esperaba que actuara así» o «no parecía que fuese así». Psicológicamente nos cuesta un poco aceptar que somos humanos, que como tales podemos equivocarnos, de la misma manera que lo hacemos bien cuando obtenemos éxitos.

Los personajes públicos no escapan a ello. En el mundo del entretenimiento se vende una imagen, y los consumidores, esas personas fieles que día a día espera una canción nueva, un episodio de estreno, una película en cartelera, pues simplemente compran esa imagen, a la cual se debe ese personaje público antes citado. No obstante, siguen siendo humanos, y como tales también sufren los mismos embates del destino que cualquiera de nosotros enfrenta en el semáforo, en el lugar de trabajo, o en una reunión familiar.

El manejo de la fama:

Ciertamente, lidiar con las condescendencias de una fama adquirida de la noche a la mañana no es tarea fácil para nadie. En el mundo real vivimos esto cuando obtenemos un ascenso en nuestro trabajo, y ahora nuestros colegas son subordinados, entonces empiezan a decir que se nos han subido los humos. Todo en la vida es más o menos igual, nuestras actuaciones son definidas por los roles que nos ha tocado asumir. Sin embargo siendo personaje público, la lente esta siempre enfocada sobre sus cabezas, esperando las reacciones, tratando de desvirtuar el mito.

En esta epoca una de las mujeres mas fotografiadas por los medios es la polémica niña rica Paris Hilton, este es uno de los momentos mas duros de su vida y fue cuando se la llevaban a la carcel por que fue condenada a 45 días por violar las condiciones de su libertad condicional por conducir bajo los efectos del alcohol.

Allí es cuando se presenta la sublime línea entre el juez y el juzgado, pues todo aquel mito lo creó, lo alimentó un público sobre una persona que, lamentablemente se creyó el mito. Y es allí precisamente donde la actitud de ambas partes debe cambiar, pues, como suelen decir en el teatro, lo que vale es la naturalidad. No hay necesidad de un extremo divismo pues no son Dioses Griegos, tampoco necesidad de un señalamiento contra ellos pues no somos Jueces ni la vida es un Tribunal.

La realidad alterna:

Es verdad que los problemas de casa se quedan en casa, entonces la lógica es evitar el morbo intentando averiguar que pasó en el hogar el vecino. Muchas veces vemos la persecución de los famosos paparazzi, vocablo originado en un dialecto italiano que Federico Fellini popularizó en su Dolce Vita, que quiere decir mosquito, insecto zumbante de modales inquietos, nerviosos, molestos. Y cual si fueran mosquitos, estos individuos atacan a su presa para alimentarse de sus miserias. Un personaje público es alguien cuya actividad está a la vista de todos, no obstante merece respeto como cualquier otro, y superar esa línea es en cualquier sistema jurídico, un acoso penalizado severamente por atentar contra la tranquilidad de un ser.

Sin embargo, es cierto que muchos conceptos se han desvirtuado en la actualidad, con la llegada de los reality shows inclusive se ha acentuado el fenómeno de ahondar en las miserias humanas, pero todo tiene un principio y un fin. Siempre se querrá saber un poco más del artista, como del amigo o de la sobrina, pero somos nosotros mismos quienes imponemos esos límites, de otro modo no estamos interesados en la carrera del artista. ¿O acaso importa más el escándalo que la interpretación? Quizás pueda vender más, por el aprovechamiento de la subcultura del morbo, que vende por unas pocas monedas las desgracias humanas que cualquiera podríamos sufrir en un momento determinado, arrastrando con ello familias enteras señaladas como si tuviéramos potestad en una autoproclamada Inquisición, la cual olvida que, como en la historia de María Magdalena, que lance la primera piedra quien esté libre de pecados.