La última vez que vi a Chavela Vargas fue en el teatro de la ciudad de México durante el homenaje que le rindieron para celebrar sus noventa años. Fue una noche emotiva en donde muchas estrellas de la música y las letras se reunieron para cantarle sus propias canciones. Desde ese día, tomé la decisión de buscarla para estar cerca de ella y conocer un poco más de su vida. El día señalado fue un domingo de Agosto, hace menos de un mes.
Tomamos la vía a Tepoztlan junto a María Cortina, su manager y amiga quien ha estado cerca de ella durante los últimos años y en menos de dos horas estuvimos en la casa de Chavela, ubicada a las afueras del pueblo. Hablamos del nuevo disco de Chavela Vargas, “por mi culpa” un disco que ella siempre había querido hacer, con algunos de sus amigos. En él canta con Eugenia León, Lila Down, Joaquin Sabina, entre otros. Como fanático de Chavela, me sentí ansioso por conocerla.
Qué le diría después de tantos años de seguirla, escucharla y verla enfrentarse a los demonios de la vida derrotándolos siempre con una canción?… Al final, todas las frases armadas se desarmaron, ninguna tenía sentido y me parecían muy largas y poco auténticas, precisamente por ser armadas. Entonces dejé que las emociones brotaran y me permití fluir. Al tenerla frente a mi, la estreché en un fuerte abrazo y le dije Gracias, vine a decirte que te quiero. Vine a vencer las distancias y a dejar de ser un extraño en tu vida. -¿Cómo estás Chavela?… ¿Cómo te sientes?… Fue la primera pregunta que me asaltó, después de tantas batallas y de tantas Chavelas que hemos visto, Cómo estás?… Creo que es lo que todos queremos saber. Estoy muy bien. He vuelto a los lugares que amé, a los lugares donde he vivido momentos felices. Siento que me fue bien en la vida porque pude volver. He aprendido a ser feliz con lo que tengo, porque tengo lo que merezco y vivo tranquila. -¿Qué sueños tienes ahora?… Sueños tengo muchos. Quiero entrar en contacto con los jovenes.
Es importante entrar en contacto con los jovenes y ver que sienten, ver cómo piensan. Me sorprende ver a los jovenes llorar, me lleno de preguntas. ¿Por qué lloran?… El otro día, vi a una muchacha llorando en uno de mis conciertos y me pregunté por qué llora?… ¿Que sienten?… Quiero además, grabar un nuevo disco. Estoy pensando en eso. Es un disco donde al tango se le ponga mariachi. Tangos que siempre me han gustado. -¿Qué te hace falta Chavela?… Uno nunca termina de descubrirse, uno nunca termina de buscarse ni de encontrarse. Ni en lo personal, ni en los sueños, ni en lo afectivo. A veces ocurre que me acuesto a dormir y siento que vuelvo a ser joven. -¿Cómo es eso?… He muerto muchas veces, me he ido. Pero de repente sueño que estoy joven y me despierto como joven, siento como joven, siento que tengo muchas cosas que hacer. Creo que la vida y la muerte hicieron un acuerdo y la vida le dijo a la muerte: Deja a Chavela tranquila, no la molestes. No vengas a fastidiarla. -¿Amas la vida?… Si, amo la vida. He aprendido a amar la vida.
Ya nada me asusta, no le tengo miedo a nada. Eso me da paz. Tanta paz que nada me puede asustar y es porque no tengo miedo. Cuando al diablo le dicen vamos a la casa de Chavela dice: Yo a donde esa pinche vieja no voy. No le tengo miedo. -Aunque eres costarricense, te has convertido en un símbolo de México en el mundo.
Si, uno no va donde no lo quieren y a mi en México me quieren, por eso he ido por el mundo trabajando, llevando sus canciones. Cantando en muchos lugares y dejando siempre, el nombre de México en alto. De repente me quedé mirándola, la observé toda y pensé en todos los que alguna vez escogimos ser artistas. Los que alguna vez decidimos que podíamos luchar de alguna manera y equivocadamente terminamos motivados por el dinero, por la fama, por el éxito. Chavela está muy por encima de eso. -¿Qué te hace grande?… El amor de la gente, el que me he ganado con trabajo. Yo tengo un nombre que es reconocido en todo el mundo, la gente sabe quien soy y me quieren. No necesito de aviones, ni de tantas cosas que usan otras grandes estrellas, no me hacen falta. Yo canto, yo soy yo y la gente me quiere así. Hay gente que tiene muchas cosas y nisiquiera cantan. A mi me hace grande el cariño de la gente.
De amigos como Joaquin (Sabina), de Pedro, a quienes amo. -¿No te sientes sola?…. No, no. Siempre he querido ser libre. La libertad es una decisión que tomé. Libertad y soledad van de la mano. La gente que es libre entiende la soledad, así como entiende la pobreza. No me imagino como será la gente rica, no quisiera ser como ellos. Porque no tienen un momento de libertad. No pueden hacer lo que realmente les gusta. -¿Vives en paz?… Si, tengo dos ángeles guardianes, unas enfermeras que me cuidan todo el tiempo. También están mis amigos, me gusta pasar el tiempo con Lola y Joaquin, dos perros que me acompañan siempre. Mirando al cerro, al que a veces le compongo canciones. Me gusta ese cerro. Nuevamente me quedo mirándola y sigo pensando.
Pienso en tantas actrices, actores, escritores, cantantes que luchamos a diario por alcanzar el reconocimiento y un éxito que parece esquivo. Pienso en que estoy frente a una mujer que compartió con grandes como Jose Alfredo Jimenez, Fridda Kalo, Diego Rivera, por mencionar algunos, pienso en una mujer a quien Almodóvar ha buscado, ha amado, mientras miles de mujeres buscan a Almodóvar para hacerse notar y que les de siquiera un minuto de su atención.
Pienso en tantas cosas mientras se me escapa un suspiro. No quiero preguntarle más cosas porque yo no soy periodista, porque soy escritor y lo que quiero es grabarla en mi mente y responderme. ¿Qué tiene Chavela Vargas, que la hace tan grande y mítica?… Luego cambio la pregunta y me digo, que es lo que no tiene Chavela Vargas que en cambio si tenemos muchos artistas?… La respuesta vuelve a aparecer: No tiene miedo. Chavela no tiene miedo. Chavela Vargas ya derrotó al más grande de todos los demonios que un ser humano puede tener, el miedo. Nuevamente me dan ganas de abrazarla, me acerco y la acaricio, me acerco y la abrazo. Me quedo pensando en escribir esta nota, quiero contarle al mundo lo que hay en ésta mujer, me gustaría que todos pudieran tener en sus manos el último disco que grabó “por mi culpa” de Discos corazón, lo hizo en éste año, a los noventa y un años.
Sobre ella acaba de escribir María Cortina un libro maravilloso publicado por editorial Oceano que se ha convertido en un testimonio de vida porque sin duda, lo que necesitamos en estos tiempos son testimonios de vida. Solo eso, testimonios de vida que nos enseñen a ver más allá de nuestros miedos. Al final, le pedí que me firmara un libro y un disco y me dio un regalo que superó a todos los demás: No te firmo el disco porque yo a mis amigos no les firmo nada y tu eres mi amigo, sé que vas a volver. Una sonrisa brotó en mi y la agarré a besos. Me despedí con la certeza de que las distancias que separaban nuestras vidas ya se habían acortado y con la esperanza de volver pronto para aprender, que al demonio llamado miedo se le espanta con valor y fe, al punto que nunca quiera venir a nuestras casas.
Escrito especial para Actuemos.Net
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