Entrometidos y sin escrúpulos, son las calificaciones que reciben quienes mientras ejercen…
Entrometidos y sin escrúpulos, son las calificaciones que reciben quienes mientras ejercen su oficio de fotógrafos, se hacen llamar «Paparazzis».
El nombre nació con el personaje Paparazzo de la película de Federico Fellini La Dolce Vita, asimismo comenzó la tendencia de «fotógrafos de prensa rosa», que sin duda, llegó para quedarse hasta nuestros tiempos.
Los temidos paparazzis han provocado la ardua molestia de celebridades, políticos y figuras públicas y se les ha acusado de provocar accidentes fatales como el de la princesa Diana de Gales y aunque ha sido probado que el accidente de la Princesa de Gales no fue provocado más que por el exceso de velocidad y el estado de ebriedad del conductor, no hay nadie que deje de culpar a la prensa.
Convertirse en paparazzi es una tarea difícil, ya sea por los gastos que se deben realizar en viajes y traslados para desarrollar con éxito la profesión y lograr el único fin, que es localizar figuras públicas como un verdadero «corredor de estrellas» y recibir estratosferitas sumas de dinero a cambio de las acertadas fotografías.
Según la historia del rubro la introducción masiva a principios del siglo XXI de la fotografía digital, acrecentó el número de paparazzis porque facilitaba los costos de la revelación o compra de rollos fotográficos.
Actualmente es común encontrar en páginas de internet gratuitas o de costo, fotos de celebridades en situaciones incomodas, desde simples accidentes o descuidos físicos hasta desnudos o escenas sexuales.
Si bien no desempeñan la labor de un Periodista, los reporteros gráficos «paparazzis», coinciden con la búsqueda de la noticia; sin embargo, bajo conceptos éticos muy alejados del respeto hacia la persona y sólo por fines de lucro e invadiendo la privacidad de celebridades y personajes públicos en general.
Chile: Práctica más Rentable de los últimos años.
Actualmente los medios de comunicación en Chile debaten sobre la profesión, mientras que artistas, políticos y figuras públicas luchan por una ley que respete su intimidad. Lo cierto es que la prensa rosa y farándula es cada vez más rentable en términos de rating y ganancias para los ejecutivos de las más grandes cadenas de televisión.
Un caso emblemático fue el escándalo que provocó la ex Miss Universo chilena, Cecilia Bolocco, tras la publicación de Revista TV Notas de Estados Unidos.
Las exclusivas y escandalosas fotos que demostraban la «supuesta infidelidad» de una de las mujeres, más bellas del universo con un conocido empresario italiano, mientras cercanos declaraban que el matrimonio entre Bolocco y el ex Presidente de Argentina, Carlos Menem, ya había terminado.
Tras el arduo caso «Bolocco y Menem», quienes se enfrentaron y revolucionaron la prensa de Chile y Argentina, además de ser portada de revistas de toda Latinoamérica y Europa.
Esta no es la primera ni la última vez que los paparazzi toman fotos comprometedoras de celebridades tan mediáticas como estas personalidades, casos como el de Daniela Ciccarelli, Ernesto de Hannover, Paris Hilton, Britney Spears, Victoria Beckham o Lindsay Lohan han acaparado los titulares de la prensa en el mundo entero.
El cuestionamiento surge cuando analizamos hasta ¿Qué punto es ético invadir la privacidad de una persona que se encuentra dentro de su propiedad privada? Destapar actos que serán fotografiados o filmados, es sin duda, un daño moral y con falta de criterio y sentido común, pues más que pensar en informar un golpe noticioso, se busca destruir la imagen de un famoso y por consiguiente sufre las consecuencias familias completas, incluyendo los hijos como es el caso de Bolocco.
¿Acaso será motivo de orgullo para un niño que su madre o padre sea fotografiado en un candente acto sexual?
Ahora si nos preguntamos que pensará un mismo paparazzi, ¿Será que su hijo siente orgullo y admiración de un padre que se gane la vida desprestigiando a los demás? Si bien es cierto, el mundo actual y en especial los profesionales de las comunicaciones vivimos por amor al arte de nuestra profesión y quizás convertirse en paparazzi es una de las salidas para acceder a una mejor calidad de vida; Sin embargo, tenemos que reconocer que no es digno lucrar con el dolor y prestigio de toda una familia que en algún momento puede ser la nuestra.
Perù: Periodismo v/s Paparazzis
La famosa y deslenguada presentadora de televisión peruana, Magaly Medina pretendió vender a los paparazzis como periodistas.
«Se que más de uno de ellos ha estudiado periodismo, pero según parece suelen tener amnesia con lo referente a la ética profesional, convirtiéndose en acosadores de los «famosos».
La conductora de un farandulero programa de TV, ha logrado fama y fortuna gracias a distorsionar y presentar como información periodística la invasión a la intimidad de los famosos peruanos.
Asimismo su elocuente carácter y estilo ha desprestigiado en pantalla a figuras chilenas invitadas a su casa televisiva.
Hace un año, Medina fue duramente criticada por una prestigiosa Escuela de Periodismo que la acusó de confundir el periodismo con la función de un paparazzi y es así como «esta práctica ha sido moneda común en toda su carrera televisiva».
La rentabilidad ha sido tal que «su competencia la obligó a sacar «ampays» diarios, sino habían verdaderos hechos de interés, sus «chacales» debían salir a las calles a conseguirlos o fabricarlos. En este mismo rubro aparece el «chismefono» que utiliza la intervención de su público como ocasionales espías».
Hollywood: Incesante persecución
Algunos famosos se defienden a puñetazos, como alguna vez lo hicieron Sean Penn y Alec Baldwin.
Otros se ocultan detrás de sus anteojos oscuros, pelucas y enormes camisetas.
La ganadora de un Oscar Halle Berry aseguró que no quiere ser «una niña llorona» y acusar a todos los fotógrafos por igual, pero «los paparazzi se saltan todas las barreras y eso es un problema». Por primera vez la policía y la fiscalía de Los Ángeles han tomado nota del asunto y anunciado fuertes medidas.
«Fue una experiencia aterradora», recuerda la joven actriz Lindsay Lohan tras la persecución que sufrió en Los Ángeles, Estados Unidos. Un reportero la siguió en su automóvil, como una verdadera cacería cinematográfica.
En tanto, Reese Witherspoon («Legally Blonde») tuvo que pedir ayuda a un agente de seguridad porque los paparazzis habían bloqueado en la entrada de su residencia en Hollywood. «Todo se ha puesto tan mal que cada vez que dejo mi casa me atacan», se quejaba Cameron Díaz, haciendo causa común frente a un reportero del «New York Times».
El fotógrafo que hostigó a Lohan fue arrestado bajo la acusación de daños corporales con un arma mortal «“su automóvil-. Los investigadores creen que el reportero de 24 años chocó a propósito con el coche de la actriz.
Un grupo numeroso de sus colegas se plantó de inmediato en el lugar para fotografiar a la estrella, que salió ilesa pero en estado de shock. La fiscalía investigó por ello una posible «conspiración».
En caso de que los paparazzi y sus jefes hayan acordado de verdad métodos agresivos y criminales, podrían enfrentar un severo castigo. «La preocupación es que por el comportamiento hiperagresivo de los paparazzis alguien salga herido o muera», dijo William Hodgman, de la fiscalía de Los Ángeles, al «Times».
Los fotógrafos persiguen a los famosos a gran velocidad, los empujan a salir de la calle, los encierran y luego les sacan fotos.
«Los fotógrafos de celebridades no son las personas más amables del mundo», admite Frank Griffin, de la agencia publicitaria Bauer- Griffin al «Los Ángeles Times». De forma parecida a la fiebre del oro, la posibilidad de ganar pronto una montaña de dinero atrae a muchos amateurs. Pero rechaza la teoría de una conspiración de los paparazzis.
También Boris Nizon, de la agencia Fame Pictures, defiende a sus empleados como gente que cumple la ley. El caso Lohan fue un accidente, asegura, al fin y al cabo la actriz provoca un accidente casi cada mes.
La controversia por los paparazzi es una señal de alarma para la prensa del corazón: la revista «Us Weekly» prohíbe la publicación de fotografías obtenidas «mediante métodos irrespetuosos». Una diputada californiana quizo además que el estado tenga su propia ley de paparazzi, que será debatida en los próximos meses en la Legislatura local. La demócrata Cindy Montanez propone que las víctimas de «cacerías» de fotógrafos puedan reclamar indemnizaciones y que se queden con los honorarios cobrados por el reportero.
Después de la colisión de Lohan, que acaparó prensa del mundo entero, su colega Sandra Bullock apeló a los fotógrafos a actuar de forma racional. Quizás ahora se acaben las persecuciones, consideró. El detective de policía Jeff Dunn quiere estar seguro de ello, y en los casos de Lohan y Witherspoon investiga la teoría conspirativa. «Actuaremos lo más duramente posible», afirmó el oficial al «New York Times».