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ARTICULO:Cine Venezolano, ¿cine de barrios y malandros?

Aún cuando para muchos estamos viviendo una nueva era de oro del Cine Venezolano (o al menos una era que brilla como si fuera de oro), hay un porcentaje del público que sigue creyendo que nuestro cine es de barrios y malandros, que los cineastas y los guionistas no buscan historias diferentes a «las mismas de siempre» y que habiendo tantas cosas buenas de nuestro país para contar, las películas Venezolanas repiten y repiten y repiten lo mismo

 

Afiche-LHC-500x714Aparte de la calidad técnica, que ciertamente ha mejorado enormemente en los últimos años, la gran excusa para no ir a ver Cine Venezolano es esa, que son todas iguales, que son todas de barrios, que son todas de malandros

¿Pero es esto cierto? ¿De verdad son todas así? ¿La gente no quiere ver ese tipo de películas? ¿No quiere ver esas historias?

Se me ocurrió hacer un ejercicio (imperfecto, no llego a ser lo suficientemente experto como para hacer algo mejor), en el que revisé todos los estrenos de Cine Venezolano desde el 2008 hasta la fecha y marqué con una X al lado de cada película que tuviera como historia central, o como escenario principal, los barrios, que nos contara de malandros y violencia, de robos o drogas o prostitución. Es decir, que las historias fueran «las mismas de siempre». No puedo decir que lo que encontré me sorprendió, pero quizás a alguno de ustedes sí lo haga…

Desde el 18 de enero de 2008 hasta el 01 de agosto de 2011 se han estrenado 45 películas Venezolanas (sin contar los documentales estrenados en esa particular quincena del 2008, ya que su difusión no fue realmente efectiva)

De esos 45 estrenos en 42 meses, solo pude identificar cuatro (4) películas que se centraran en un barrio. Cuatro películas en las que la mayoría de las escenas ocurrieran en los callejones de un cerro, o fueran protagonizadas por malandros o maleantes. Esas cuatro películas son LA HORA CERO, de Diego Velasco; HERMANO de Marcel Rasquin; CYRANO FERNANDEZ, de Alberto Arvelo; y SON DE LA CALLE, de Julio César Bolívar. Sacando la calculadora noto que 4 de 45 equivale al 8.9% de todos los estrenos. No es una «mayoría», no es ni siquiera un total elevado

cyranoAbriendo un poco más el abanico, pudiéramos llegar a incluir otros títulos como CHEILA, UNA CASA PA’ MAITA, de Eduardo Barberena, que si bien no ocurre en un barrio, es solo porque la protagonista de la historia le compra una casa a su madre para salir de él. O LIBERTADOR MORALES: EL JUSTICIERO, de Efterpi Charalambidis, que cuenta las aventuras de un particular bienhechor de humildes recursos que lucha contra los malandros que azotan su zona 0, de Luis Alberto Lamata, que nos trae una reflexión sobre la violencia. No son «películas de barrio» como tal, pero pudiéramos contarlas para no ser tan estrictos. Pero en cualquier caso, tres películas más nos llevan a siete (7) de cuarenta y cinco (15.6%)

Pareciera entonces que la percepción del cine estático, de monotemática de la violencia barrial y que convierte en héroe al criminal, es errada. La mayoría de los estrenos Venezolanos no caen dentro de la clasificación de barrios y malandros. La enorme mayoría de los estrenos Venezolanos nos trae otro tipo de historias…

Con una conclusión como esta, uno pudiera pensar entonces que esa debe ser la causa por la cual hemos tenido tantos espectadores en los últimos años. Vale decir, si la gente NO quiere ver este tipo de películas, y demostramos que la mayoría de los estrenos NO son este tipo de películas, entonces debe ser por eso que va tanta gente a las salas a ver Cine Venezolano, ¿no es cierto?

No, no lo escheila-una-casa-pa-maita_poster

Esos 45 estrenos han acumulado a la fecha de escribir estas líneas, unos 3.685.000 espectadores (cerca de 81.900 en promedio cada una). De estos, esas cuatro películas que les mencionaba arriba se llevan 1.870.000 (las tres películas más taquilleras del período estudiado están en el grupo de cuatro). Es decir, el 50.7% de los espectadores que han visto Cine Venezolano desde el 18 de enero del 2008 hasta la fecha de hoy, lo han hecho asistiendo a ver cuatro películas de barrios y malandros

El 8.9% de las películas acapara el 50.7% de los espectadores. A lo mejor me equivoco, pero esto lo que parece indicar es que al público SI le gustan las películas de barrios y malandros, con historias que sean «las mismas de siempre». O al menos no les importa que las películas sean así

TOCAR Y LUCHAR, una cinta inspiradora sobre el poder de la música y la inocencia de la niñez, apenas hizo el 13.1% de espectadores que HERMANO, una cinta inspiradora que transcurre en un barrio en el que dos hermanos ven asesinar a su trabajadora y cariñosa madre

REVERON, premiada cinta sobre un tesoro nacional, apenas lleva 7.5% de los espectadores que sumó LA HORA CERO, premiada cinta sobre una crisis nacional

SonCalleMAS ALLA DE LA CUMBRE, hermosísimo documental sobre un verdadero héroe nacional con trágico final, apenas sumó 18.06% de los espectadores que hizo CYRANO FERNANDEZ, drámatica adaptación sobre un ficticio héroe extranjero con trágico final

En conclusión, nuestro cine dista muchísimo de ser monotemático, pero cuando busca contar esas historias «repetidas e indeseadas», suelen atraer a la mayor cantidad de público. De ese público que se queja porque no le gustan esas películas

No pretendo entender por qué la gente va a ver esas películas y no otras. No sé si los que se quejan de esas películas son una pequeña minoría, pero una minoría muy vocal en sus reclamos. No tengo idea de la razón por la que ocurre este comportamiento con nuestro cine. Solo les puedo decir que, si nos limitamos a ver los números fríos y objetivos, la realidad es que la percepción del contenido y las historias del Cine Venezolano es errada

No quiero cerrar sin antes invitar a todo el mundo a ver Cine Venezolano con criterio pero sin prejuicios, dándole la oportunidad. No hay que sentirse obligado de ir, pero hay que incluirlos entre las opciones y no limitarse a ver cine extranjero. Ciertamente hay mucho que mejorar, pero también es cierto que ya se ha mejorado bastante y que la tendencia es prometedora. No tenemos un cine de un solo tema, tenemos un cine que refleja nuestra realidad y nuestro imaginario de muchas formas, incluyendo los barrios, los malandros y las putas, pero lejos de encerrarse o encasillarse únicamente en ellos

…vayan a ver Cine Venezolano. Me avisan y vamos juntos…