¿Cómo construyó el papel de Marlon?
A partir de la historia creada por Jorge Franco y del guión inicié un proceso de entendimiento de la parte interna y psicológica del personaje. De esta forma, todo fue saliendo producto de un trabajo colectivo entre el guionista, Franco, que siempre estuvo presente, el punto de vista del director y el punto de vista mío, y así llegamos a un resultado.
También me pegué del texto, de sensaciones, de caminar en la calle, de preguntar y observar.
¿Qué relación y qué coincidencias existen entre Aldemar y Marlon?
Primero que todo, que es un personaje paisa. Fui criado en Medellín. Busque dentro de las posibilidades de personajes paisas, uno que fuese capaz de enfocar su vida de esa forma en que lo hace Marlon. Además, que soy guerrero, que le meto la ficha a salir adelante, a trabajar y no me da pena nada.
¿Cómo llegó a Paraíso Travel?
Todo fue producto del proceso. Entré en la carrera de actor por una necesidad de expresión y por una coincidencia también. Cuando encontré el casting, me llamó la atención, me enfoqué y empecé a estudiar. Más adelante, producto del proceso, del camino y la fortuna, » oh Dios fortuna,» me encontré con la posibilidad de protagonizar esta película y estoy feliz de entregar estos resultados.
¿Qué aprendió del trabajo junto con John Leguizamo?
Fue muy gratificante. Una experiencia que me enseñó muchísimas cosas, que me dio seguridad y que me llenó de orgullo y aprendizaje.
Tal vez por su experiencia, John es un actor que ya no sufre. Todos los actores sufrimos. El es inmediatista y es un actor brillante. Cuando sale a escena simplemente soluciona, saca de lo que hay y no se arranca de los cabellos las ideas, sino que juega con lo que tiene en el escenario, con lo que hay y punto, todo sale perfecto.
¿Qué le sorprendió de la realidad que afrontan los inmigrantes en Estados Unidos?
La insensatez de la realidad. Nunca me imaginé que fuera tan difícil llega a cumplir ese sueño. Pensar que uno llega con un propósito y se encuentra con una sociedad que no ayuda en nada para cumplirlo. Una sociedad xenofóbica , que te trata mal, te pone en condiciones extremas y difíciles. Allí, simplemente el valor de la vida no existe.
También me enteré que en la frontera hay a quienes les llaman los coyotes. Es una cacería de seres humanos; de una forma u otra las agencias son una trata de blancas porque mandan un montón de gente con necesidades extremas que también van la idea del sueño americano buscando satisfacer el hambre que tienen sus familias. Aunque hay a quienes les va bien, producto del esfuerzo, la vida no es fácil. Aquí no es fácil y allá tampoco, lo que pasa es que allí es más difícil para nosotros los inmigrantes.
¿Cuál fue la escena que más se le dificultó desarrollar?
Un personaje no es una escena. Más bien escena por escena se va contando como es la personalidad del personaje. Cada escena es un paso para ir profundizando en lo que se quiere mostrar y la forma en que la historia afecta al personaje. Se trata de descubrir el por qué el personaje reacciona de tal o cual forma, en este caso descubrir por qué se va detrás de un amor que no se sabe si es verdadero.
¿Qué viene de ahora en adelante para Aldemar Correa?
Sigue un proceso de formación, de crecimiento como persona y como actor. En estos momentos estoy radicado en Miami y allí empezaré un proceso duro para hablar inglés. Estoy trabajando con un grupo de teatro y posiblemente me vaya a meter con la dirección de teatro.
¿Cómo recibió la noticia del premio como mejor actor en el VI Festival de Cine de Vallarta?
Fue gratificante porque no lo esperaba. Me sentí feliz de traer noticias positivas al país. Para mí es como una palmadita en el hombro que me dice: «bueno hombre va haciendo bien las cosas». Esto es un reconocimiento por lo que he hecho hasta ahora y para mí hace parte del pasado; es un capítulo cumplido y ahora me resta seguir adelante para seguir creciendo y aprendiendo.
¿Qué consejo le da a todos aquellos que aspiran a alcanzar el éxito en la actuación?
Pienso que siempre que hay que darle la bienvenida a los errores pues a partir de ellos es que empiezo a formarme y a crecer. Si me equivoco lo más importante es darme cuenta porque muchas veces uno cree que lo está haciendo muy bien cuando no es así. Lo importante es corregirlos para tener una longevidad en la carrera.
También pienso que vale la pena soñar y porque no decirlo, yo soy en ejemplo de eso; y como soñar no cuesta nada entonces soñemos bien caro, pero sobre todo soñar con los ojos abiertos y creer de verdad porque cuando se cree sinceramente todo se puede lograr. Se trata de ser consciente de tus debilidades y de tus virtudes. Es aceptarte, es desarrollar una sensibilidad, desarrollar un talento en lo que sea que escojas y eso únicamente se logra con el trabajo.
Todo es producto de levantarme cada día y decir «yo quiero ser actor, pero ¿qué actor?, el mejor, ¿y el mejor de quién? Yo no compito, la competencia es conmigo. A partir de todo esto se empieza a evolucionar y a crecer y muy seguramente tarde o temprano suena la flauta».