FABIOLA POSADA 25 AÑOS DE PESO
La gordita Fabiola celebra este sábado 5 de marzo, 25 años de mucho peso en la historia del humor colombiano.
Al ver la frescura con la que Fabiola Posada, «La gorda Fabiola», entra al escenario y con la máxima naturalidad y novedad hace estallar a carcajadas a todo su público, resulta difícil imaginar que hayan pasado 25 años desde la primera vez que lo hizo, con los nervios de punta, y tomando la decisión de hacer reír a más de dos generaciones de colombianos y construir una imagen en la memoria del país dedicando su vida a tan difícil tarea.
Fue un miércoles de marzo, cuya fecha no recuerda bien, porque como lo asegura «comenzó como algo pasajero que cayó del cielo, y no imaginaba que iba a ser mi vida». «La Gorda», como es reconocida por un público que la ama, llegó de una manera casual para hacer de extra en Sábados felices. «Pasaba por la Av. 19 con 4 y un asistente de dirección estaba parado en la puerta del estudio de Gravi, desesperado porque buscaban una mujer gorda para que participara en el programa. Después de ese día seguí yendo para estar en el público y de eso ya han pasado 25 años», afirmó Fabiola.
La sorpresa fue que días más tarde, gracias a su risa contagiosa, Alfonso Lizarazo le propondría hacer la promoción de una sección del programa, con lo que comenzaría una carrera en este show al que afirma le debe gran parte de su vida, «su pequeño reino», sus amigos, su matrimonio y el amor de su público, que incluso la llevó a la política.
¿Pero cuál es el secreto para mantener su popularidad durante 25 años felices? Fabiola responde con su sencillez característica diciendo que la fórmula se encuentra en reconocer las debilidades propias, y en conocer y hacer aquello que le gusta y sobre todo hacerlo bien, con todo el amor que esto requiere.
«Fabiola es sólo amor, cariño y ternura», así la describe su gran amiga y colega Patricia Silva. Y son esas mismas características las que Alfonso Lizarazo, conductor durante muchos años de este programa humorístico, las que exalta entre risas, agregando una curiosa anécdota de cuando «La Gorda» se sometió al balón gástrico: «me dijo que tenía miedo de perder la gracia, y yo le dije gordita tranquila que no va a perder su gracia, va a perder es su grasa».
