Para él es indescriptible el actuar, el expresar es lo que más disfruta, y aprovecha aun más cuando tiene los nervios que los domina en escena con una calidad inherente y perfecta al personificar el sujeto que compone tal narración.
Nada es perfecto, las dificultades son la esencia de encantarse del placer que produce lo que nos gusta, esta carrera aunque es difícil, Luis Felipe la considera como constante y competitiva solo en castings, y aunque también depende de la actitud y la energía hay que también saber mantenerse en las industrias artísticas que brindaron la oportunidad de mostrar el talento.
Recomienda sentir el sabor de la carrera actoral, pues permite crecer, madurar, y arriesgar a una persona que se lanza en describir y adoptar a un personaje que influye y que trasmite, también el renovar y adquirir todo el mayor conocimiento posible, «»¦ en esta profesión te vuelves más sensible, analizas a la gente de manera diferente para tomar ejemplos que te sirvan a la hora de caracterizar un personaje», ayuda a ser mejor cada vez más y a facilitar la experiencia y reconocimiento.
La plastilina es la representación de un actor para este gran hombre, pues la considera como un símbolo, una herramienta que tiene la facultad de engranar con cualquier persona y encajar versátilmente en cualquier situación.
Finalmente recomienda la ensoñación como instrumento útil para poder mostrar el personaje tal como lo relatan los libretos, adicionalmente aconseja soñar y convertir esa esperanza en realidad, pues en el cine y la televisión hay muchos lugares y por supuesto oportunidades que se deben encontrar y aprovechar para dejar huella.
Sin preámbulos y con densa expectativa Actuemos recomienda ver este talento, en las futuras historias televisivas y tal vez teatrales.