Desde muy niño, le han apasionado las historias, pasaba largas horas al lado de su abuelo oyendo sus propios cuentos; desde entonces ha recorrido muchos lugares y ha conocido muchas personas; en cada una de ellas un misterio por descifrar, por eso su vida está en la tierra, el fuego, el aire, el agua: el CORAZÓN; porque cada uno de estos elementos resuelven sus dudas y estimulan su espíritu.
Prefiere caminar, le gusta enfrentarse a la naturaleza en su plenitud, seguir los pasos de quienes hace millones de años recorrieron estas tierras, abandonar sus temores y enfrentar sus retos.
Eduardo Mejía Ocampo inicio su carrera de documentalista desde el Colegio; siempre llevaba una cámara casera en su morral que sus padres le habían regalado en su cumpleaños número 10 y que conserva desde entonces.
Eduardito como le decían sus profesoras, registraba absolutamente todo lo que se le cruzara por el camino y todo lo que la cinta le permitiera captar reflejando la realidad; por eso nunca ponía a posar a sus amiguitos, sino que los filmaba sin que ellos se percataran de que los estaban grabando con la cámara de video, además se la pasaba filmando elementos de la naturaleza: animales, fauna y flora de su ciudad natal: Manizales.
Él era un poco indisciplinado, pero logró graduarse sin problemas y estudiar Comunicación Social & Periodismo; desde el momento en que inició sus estudios en la Universidad, sintió que lo suyo eran las historias; pues todo lo que tenía en la mente, lo pensaba en imágenes; con los colores, los olores, las texturas, los sabores, etc; y absolutamente todo lo que aguardaba en su cabeza se convertía en imágenes mentales que finalmente él transformaba en una película que lo apasionaba de tal manera que lo llevaba a plasmarla en miles de hojas que fueron a dar a la caneca de la basura, pero que sirvieron como ejercicio mental para su futuro.
En algunos de sus ejercicios universitarios de la clase de producción cinematográfica; él debía conformar un grupo de 15 personas para durante todo el semestre realizar un cortometraje; así decidieron todos sus compañeros que él fuera el director y llevara una de sus historias a la realidad.
Durante el semestre, tomó éste ejercicio universitario como un reto personal; y mientras que sus amigos solamente esperaban sacar una buena nota para pasar la materia, él tenía en mente participar en Festivales de Cine Internacionales y llevar su trabajo a evaluaciones mucho más calificadas dentro del ámbito del Séptimo arte. Así fue como su Cortometraje «M» fue elegido por Caracol Internacional para ser emitido por 13 países en Latinoamérica; además reconocido por el Ministerio de Cultura de la República de Colombia y traducido al portugués para ser presentado en el Festival Internacional de Curtas – Metragens de São Paulo- Brasil.
Apasionado por el tema, y con los incentivos correspondientes, Eduardo Mejía se hizo a su primera Sala de Edición MAC y así aprendió a realizar la Post Producción & Montaje de sus propias producciones; entonces cada vez se hacía mas integral es su forma de operar.