Marlene Henríquez Lux, figura emblemática de la moda y pionera del modelaje colombiano a nivel internacional, falleció el pasado domingo 3 de agosto en la ciudad de Bogotá, a los 79 años, luego de enfrentar serios quebrantos de salud.

Durante varias semanas, Henríquez permaneció internada en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital San José Infantil, donde recibió atención médica por complicaciones asociadas a una crisis hipoglucémica. Su estado se agravó debido a afecciones cardíacas preexistentes y un diagnóstico reciente de diabetes, lo que finalmente derivó en su deceso al mediodía, según confirmaron familiares.

Conocida por su entorno como «Lelecita», Marlene dio sus primeros pasos en el modelaje en Colombia en la década de 1960. Su carrera tomó impulso gracias al apoyo de personalidades de la televisión nacional como Fernando González Pacheco y Gloria Valencia de Castaño, además del respaldo de su familia, entre ellos sus hermanas Judy y Jackeline Henríquez, esta última recordada por su papel en el programa Sábados Felices.

Henríquez se trasladó a Europa en 1971, llegando a Roma, donde su elegancia innata, estatura imponente y rostro distintivo la posicionaron rápidamente como una de las modelos más solicitadas de la época. Fue considerada por la prensa especializada como “el maniquí perfecto” y se convirtió en musa del célebre diseñador Emilio Pucci, entre otros referentes de la moda italiana y francesa. Su presencia fue habitual en campañas publicitarias, editoriales de moda y pasarelas de alto nivel en ciudades como Milán, París y Londres.

En 1978, ya de regreso en su país, protagonizó una portada histórica en la revista Cromos, donde posó desnuda en una imagen que marcó un antes y un después en la representación de la mujer en los medios colombianos.

Tras alejarse del modelaje activo, Marlene Henríquez centró su energía en la formación de nuevas generaciones, fundando una de las primeras escuelas de modelaje mixtas del país. Su visión vanguardista la llevó a incluir hombres en sus programas de formación, algo poco común en ese entonces. Además, fue responsable de la dirección artística y coreográfica de importantes desfiles, consolidando su legado como mentora y promotora del talento emergente.

La huella que deja Marlene Henríquez Lux trasciende las pasarelas. Su vida y trayectoria representan un capítulo esencial en la historia de la moda colombiana, y su impacto sigue vivo en las voces y pasos de quienes inspiró.